Page 17 - Semanario-12-11-21.pmd
P. 17
La grulla y el cangrejo
ADAPTACIÓN LIBRE DE FÁBULA BUDISTA TIBETANA
¿Cómo se deja
a alguien con intriga
por 24 horas? MAÑANA TE LO DIGO
Tiene cuello pero
no cabeza
¿qué es?
Estaba una grulla pero no puedo consen- la embustera sacar los tajaba en astucia, y por
tan vieja y achacosa, tir que se mueran to- peces uno a uno y co- esto accedió. Se asió,
que no podía atrapar dos en masa, apilados mérselos durante el ca- pues, aquél al cuello de UNA BOTELLA
los peces de una lagu- en un rincón cuando les mino, debajo de un ár- la grulla, y sucedió que
na, a cuya orilla tenía falte el agua. ¿Qué pro- bol. Si bien un pez in- ésta en vez de ir al es-
su nido. Así, resolvió lle- vecho tendría yo en sistía en ser el primero tanque, se detuvo de-
gar por astucia a donde ello? A unos cien me- y quería saltar al pico bajo de un árbol.
le era imposible por la tros de aquí, hay un de la grulla, desgracia- —¿Dónde está el
fuerza. y le dijo un día a gran estanque. Os sal- damente para ella el estanque? —le pregun-
un cangrejo: —Amigo varé a todos, llevándo- cangrejo reclamó su tó el cangrejo.
mío, ¿qué va a ser aho- los uno a uno en mi derecho por haber sido —¿Qué estanque?
ra de ti y de tus vecinos pico. el que trajo las noticias. —respondió la malva-
los peces? Van a venir Persuadieron los pe- —Vamos, —le dijo, da grulla. —¿Acaso
unos hombres a dese- ces a una vieja carpa —déjame que te pon- piensas que yo me El mozo perezoso por
car la laguna, no deja- que fuese con la grulla ga en mi pico y así irás tomo esta molestia en
rán en ella ni una sola para ver si decía la ver- más cómodo. balde? Lo del estanque no dar un paso da ocho.
gota de agua. Y voso- dad. La tomó ésta deli- Mas el cangrejo, que no ha sido más que un
tros todos, desgracia- cadamente en su pico y era muy sagaz, le res- ardid para apoderarme
dos, serán recluídos y después de mostrarle pondió: de ti y de tus compañe- El que ríe último
muertos. el estanque, se la de- —No me atrevo a ros y devorarlos a to-
Al oir tal noticia, to- volvió a sus compañe- entregarme a su pico, dos. no entendió el chiste.
dos los peces se reunie- ros. Enterados los pe- señora grulla: podría —Ni más ni menos
ron y discutieron sobre ces de la feliz noticia, resbalar de él y rom- que lo que yo presumía
los medios de salva- creyendo que las inten- perme el carapacho. —añadió el cangrejo.
ción. ciones de la grulla eran Mire, nosotros los can- Y diciendo así, clavó
—Tengo una idea, buenas, gritaron ale- grejos tenemos un par sus tenazas en el cuello
—les dijo la solapada gres: de buenas tenazas; dé- de la taimada grulla, has-
grulla. —Como me ata- —Muy bien, señora jeme que con ellas me ta que cayó al suelo.
ca el hambre, me co- grulla, ya puede empe- abrace a su cuello y así MORALEJA. Los mal-
meré solamente uno o zar a llevarnos al estan- iré más seguro vados y los ladinos son
dos de vosotros de que. No advirtió la grulla víctimas de sus propias
cuando en cuando, Había premeditado que el cangrejo la aven- artimañas.
El agua clara
Un día, cuando ca- fondo ahora flotaban
minaban por una región sobre el agua. Ya no era
montañosa, Gautama bebible y por supuesto no es bebible. vio que el barro y las
Buda ya mayor, bajo el no podía llevársela a -Lo sé, insistió Buda, hojas muertas se iban
sol de mediodía le dijo Buda. Así que decidió pero ve y siéntate en la asentando despacito,
a su discípulo Ananda: regresar junto a Buda. orilla, lleve el tiempo dejando el agua clara y
-Estoy sediento, Además, sabía que unas que lleve. Ve y siéntate. pura, tal cual es su na-
Ananda. Cuando atra- millas más allá del sitio No te metas en la co- turaleza.
vesamos las montañas, donde había parado, rriente, porque si te Llenó su cuenco y de
pasamos un arroyo. corría un gran río de metes en ella, la ensu- regreso entendió lo que
¿Puedes retroceder el agua cristalina. ciarás de nuevo. Simple- Buda trataba de decir-
camino y traerme un Pero Buda, que era mente espera, observa le.
poco de agua? muy estricto, le dijo: y no hagas nada. Esas - Ananda, no te me-
Ananda, deshacien- - Vuelve otra vez, hojas muertas desapa- tas en el río, no sigas la
do el camino, llegó al porque recuerdo que recerán, el barro se corriente de tu mente,
arroyo, pero cuando lle- cuando pasamos esa asentará. Entonces, lle- espera en la orilla y sim-
gó allí se dio cuenta de agua era pura y cristali- na mi cuenco y regresa. plemente observa. La
que unas carretas aca- na. Ananda protestó: Ananda fue al ria- naturaleza verdadera
baban de atravesarlo y -Entiéndelo: entre chuelo de nuevo porque de tu mente es esa clari-
lo habían embarrado. que llegamos aquí, pa- no podía desobedecer a dad cristalina, ensuciada
Las hojas muertas saron unas carretas por Buda y allí se sentó a por pensamientos y emo-
que antes yacían en el el riachuelo y el agua ya esperar. Y esperando, ciones pasajeros.