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Mirando jugar a un niño


                                   PARÁBOLA  DE  JOSÉ  ENRIQUE RODÓ




























                                                                                                                José Enrique Rodó en su escritorio
                                                                                                          El homenaje de este año es al escritor, filósofo,
                                                                                                          periodista y político de la generación del 900 que dejó
                                                                                                          su huella en toda América Latina. Fue reconocido en
                                                                                                          forma póstuma como "maestro de la juventud" por el
                                                                                                          movimiento latinoamericano de la Reforma Universi-
                                                                                                          taria, iniciado en 1918.
                                                                                                          NOTICIAS adhiere al homenaje a un hombre que pudo
                                                                                                          construirse desde sus convicciones y valores éticos.
           Jugaba el niño en el  grima, mas la dejó en  polo de sabiduría para  sario buscar, en derre-
        jardín de la casa con   suspenso. Miró, como    la acción? ¡Ah, si en el  dor de donde entonces
        una copa de cristal que,  indeciso, a su alrede-  transcurso de la vida to-  estemos, una repara-        Breve biografía
        en el límpido ambiente  dor; sus ojos húmedos   dos imitáramos al niño!  dora flor; una flor que
                                                                                                            Nacido en 1871, en  tonces Universidad de
        de la tarde, un rayo de  se detuvieron en una   ¡Si ante los límites que  poner sobre la arena   una familia de buen nivel  Montevideo).
        sol tornasolaba como    flor muy blanca y pom-  pone sucesivamente la   por quien el cristal se  económico para la épo-    En 1900 publicó su
                                                                                                         ca, fue apasionado lec-  obra maestra  Ariel, que
        un prisma. Mantenién-   posa, que a la orilla de  fatalidad a nuestros  tornó mudo... No rom-
                                                                                                         tor desde sus tempranos  dio origen a una corrien-
        dola, no muy firme, en  un cantero cercano,     propósitos, nuestras    pamos torpemente la      4 años; ya en su juven-  te de pensamiento llama-
        una mano, traía en la   meciéndose en la rama   esperanzas y nuestros   copa contra las piedras  tud publicó una serie de  da "arielismo".
                                                                                                         ensayos en la Revista     Su faceta de político
        otra un junco con el que  que más se adelanta-  sueños, hiciéramos to-  del camino, sólo por-
                                                                                                         Nacional de Literatura y  lo llevó a la Cámara de
        golpeaba acompasada-    ba, parecía rehuir la   dos como él!            que haya dejado de so-   Ciencias Sociales.     Diputados en tres opor-
        mente en ella. Después  compañía de las hojas,     El ejemplo del niño  nar. Tal vez la flor repa-  Sin haber culminado  tunidades, originalmen-
        de cada toque, incli-   en espera de una mano   dice que no debemos     radora existe. Tal vez   sus estudios universita-  te con José Batlle y Or-
                                                                                                         rios fue nombrado en   dóñez y luego como in-
        nando la graciosa ca-   atrevida.               empeñamos en arran-     está allí cerca... Esto de-  1898, en base a sus mé-  dependiente.
        beza, quedaba atento,      El niño se dirigió,  car sonidos de la copa  clara la parábola del    ritos, profesor de Litera-  Falleció ignorado en
        mientras las ondas so-  sonriendo, a la flor;   con que nos embelesa-   niño; y toda filosofía   tura de la Universidad de  Palermo, Sicilia en 1917,
                                                                                                         la República (en ese en-  a los 45 años de edad.
        noras, como nacidas de  pugnó por  alcanzar     mos un día, si la natu-  viril, viril por el espíritu
        vibrante trino de pája-  hasta ella; y aprisionán-  raleza de las cosas quie-  que la anima, confirma-
        ro, se desprendían del  dola, con la complici-  re que enmudezca. Y     rá su enseñanza fecun-
        herido cristal y agoni-  dad del viento que hizo  dice luego que es nece-  da.
        zaban suavemente en     abatirse por un instan-
        los aires. Prolongó así  te la rama, cuando la     Referencias:
        su improvisada música   hubo hecho suya la co-
                                                           [1] - lira: figuradamente, "inspiración".
        hasta que, en un arran-  locó graciosamente en
                                                           [2] - búcaro: vasija hecha con arcilla; en el
        que de volubilidad,     la copa de cristal, vuel-
                                                        texto, el vocablo esta usado, neológicamente,
        cambió el motivo de su  ta en ufano búcaro[2],
                                                        como sinónimo de "florero".
        juego: se inclinó a tie-  asegurando el tallo en-
                                                           [3] - entronizada: acepción neológica equiva-
        rra, recogió en el hue-  deble merced a la mis-
        co de ambas manos la    ma arena que había      lente a "puesta para ser reverenciada".
        arena limpia del sende-  sofocado el alma musi-    [4] - muchedumbre: abundancia.
        ro y la fue vertiendo en  cal de la copa. Orgullo-
        la copa hasta llenarla.  so de su desquite, le-
        Terminada esta obra,    vantó, cuan alto pudo,
        alisó, por primor, la are-  la flor entronizada[3],
        na desigual de los bor-  y la paseó, como en
        des. No pasó mucho      triunfo, por entre la
        tiempo sin que quisie-  muchedumbre[4] de
        ra volver a arrancar al  las flores.
        cristal su fresca reso-    ¡Sabia, candorosa fi-         A quien pone los ojos en el
        nancia: pero el cristal,  losofía! -pensé-. Del          suelo, no le fíes tu dinero.
        enmudecido, como si     fracaso cruel no recibe
        hubiera emigrado un     desaliento que dure, ni
        alma de su diáfano      se obstina en volver al
        seno, no respondía más  goce que perdió; sino                  La experiencia
        que con un ruido de     que de las mismas con-              es madre de ciencia.
        seca percusión al golpe  diciones que determi-
        del junco.              naron el fracaso, toma
           El artista tuvo un   la ocasión de nuevo jue-
        gesto de enojo para el  go, de una nueva idea-            Más vale tarde que nunca.
        fracaso de su lira[1].  lidad, de nueva belle-
        Hubo de verter una lá-  za... ¿No hay aquí un
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