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Viernes 4 de Febrero de 2022
Las noches de tormenta
ADAPTACIÓN LIBRE DE CUENTO DE BOSQUE DE FANTASÍAS
pero no se levantó de —Vine porque los
la cama decidido como truenos te dan miedo,
estaba a ser muy va- así que voy a cuidarte
liente para dar ejem- —explicó Estela su-
plo a su hermanita pe- biendo a su cama.
queña. —Pero yo soy ma-
El siguiente trueno yor, debo ser valiente
iluminó aún más la ha- para que tú también lo
bitación, pero Pedrín seas —respondió el
se había preparado hermano, confundido.
concienzudamente —Tonterías. Vamos
para el sonido y cuan- a “mimir”, anda, que
do llegó, finalmente mañana hay que ir a la
no se asustó tanto. escuela- replicó en-
Pasaron los minutos tonces Estela con una
y la tormenta se fue ale- sonrisa gigante.
jando poco a poco, y Muy contento y
Pedrín no se levantó ni emocionado Pedrín
un momento de su cama abrazó a su pequeña
a pesar de todo el mie- hermana, que parecía
do que había pasado. ser muy sabia además
Al poco rato, la de valiente.
puerta de la habitación Y sintiéndose acom-
se abrió sonando como pañado y seguro, Pe-
un chillido y Pedrín drín pudo por fin dor-
abrió mucho los ojos mir profundamente
intentando ver en la mientras los truenos
oscuridad quién había aún iluminaban la casa
entrado. de lejos.
Entonces, una luz Es que aquella no-
Si había algo que a Y todo iba así hasta cómo superar su miedo cían ruidosamente por blanca iluminó todo el che había aprendido
Pedrín no le gustaba que, con el tiempo, el para dar ejemplo a su el viento, como enfu- lugar y Pedrín descu- dos cosas muy impor-
para nada eran las no- niño se convirtió en el hermana, que crecía y recidas. brió que su hermanita tantes: que estar acom-
ches de tormentas hermano mayor de la crecía cada vez más. Pedrín temblaba Estela, somnolienta y pañado es la mejor
eléctricas, pues los familia y, poco a poco, —No quiero ense- bajo sus sábanas mi- bostezando, era quien medicina para el mie-
ruidosos rayos lo asus- fue descubriendo que ñarle a mi hermanita a rando fijamente hacia entraba en el cuarto. do, y que los herma-
taban mucho y no lo a su hermanita Estela tener miedo —se dijo la ventana. Entonces, —¡Estela, me has nos pueden ser los
dejaban dormir. Mu- le gustaba mucho pa- Pedrín una noche de una luz muy blanca ilu- asustado! —exclamó mejores consejeros y
chas veces terminaba sar tiempo con él e lluvia—, así que esta minó toda la habita- Pedrín. amigos.
tocando la puerta de la imitarlo en todo lo que noche al fin me queda- ción de pronto:
habitación de sus pa- hacía. Si Pedrín comía ré en mi habitación y —¡Ahh! —gritó Pe-
dres para acostarse muchas galletas, la seré muy valiente. drín muy asustado mien-
abrazado a su mamá pequeña Estela tam- Aquella noche no tras cerraba los ojos.
hasta dormirse. bién quería hacerlo… ¡Y pasó mucho tiempo an- Entonces llegó ese
—Me asusta mucho así con todo! tes de que la lluvia se fuerte sonido que hizo
que aparezca un rayo de De esta forma Pedrín hiciera más fuerte. Las temblar todos los mue-
luz de repente —expli- fue descubriendo que gotas sonaban contra bles de la casa. El cora-
caba Pedrín a su ser responsable signifi- la ventana y las copas zoncito de Pedrín latía
mamá— y después vie- caba aceptar las conse- de los árboles se me- con mucha fuerza,
ne ese sonido tan fuer- cuencias de sus accio-
te que hace que tiem- nes, y que debía conver-
blen todos mis jugue- tirse en un gran ejemplo
tes alrededor de la para que su hermanita
cama. pequeña aprendiera
Como mamá y papá buenos valores.
eran muy buenos, eran Y durante mucho Todos se quejan de falta
capaces de compren- tiempo el Pedrín lo de dinero, pero de falta
der muy bien lo que a hizo muy bien laván- de inteligencia, nadie.
Pedrín le sucedía en dose los dientes antes
aquellas noches de de dormir, tendiendo
tormenta y nunca se su cama al despertar en
molestaban porque la mañana y recogien- En boca cerrada
tuviera tanto miedo a do sus juguetes des- no entran moscas.
los truenos que acaba- pués de jugar.
ra abandonando su Pero las tormentas
cama. De hecho, siem- seguían llegando de
pre procuraban dejar vez en cuando y los Mejor morirse de risa
un rinconcito a la hora truenos seguían dán- que de miedo.
de irse a dormir, por si dole mucho miedo al
Pedrín venía asustado. niño, que no sabía