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                          Los loros disfrazados


                       ADAPTACIÓN LIBRE DE ANTIGUA LEYENDA ECUATORIANA














                                                                                                                        Sonoras cuerdas
                                                                                                                       tengo y cuando me
                                                                                                                     las rasgan entretengo.
                                                                                                            ¿Quién soy?                           LA GUITARRA






                                                                                                                   Una piedra sobre el agua,
                                                                                                                   ¿qué podría ser?               HIELO







                                                                                                                   Corto, no soy un cuchillo,
                                                                                                                     afilo, no soy afilador;
                                                                                                              te ayudo a que escribas mejor.
                                                                                                           ¿Quién soy?
           Una de las leyendas  cito de alimentos com-  dieron que habían sido  tristeza y la razón les
        que desde antaño se     puesto por maíz, car-   muy irrespetuosos y     hacía pensar que no                                               EL SACAPUNTAS
        contaban en una tribu   ne, fruta y hojas fres-  desagradecidos, y de-  habría nadie allí ya para
        de Ecuador, hablaba de  cas. ¡Cuánto habían     cidieron salir todas las  recibirles. Por eso de-
        cómo dos niños logra-   soñado con comer! ¡No   mañanas a gritar y pe-  cidieron volver acom-
        ron salvar su vida tras  pensaban despreciar    dir perdón al cielo,    pañados por uno de                  Subo llena y bajo vacía.
        caer el gran diluvio uni-  ningún alimento!     convencidos de que los  aquellos loros con los                   Si no me apuro
        versal sobre la tierra.    Desde aquel día,     loros terminarían escu-  que ya habían forjado
        Es que en el lugar en el  cada mañana al des-   chando todos sus la-    una bonita  amistad.                    la sopa se enfría.
        que vivían sucedía algo  pertar, los niños se en-  mentos. Entonces los  Una vez emprendido el
        extraordinario: una de  contraban casi a la en-  loros, que eran unos   viaje, de pronto apare-    ¿Quién soy?                            LA CUCHARA
        sus montañas crecía     trada de la cueva con su  animales muy buenos   cieron cientos y cien-
        estirándose hacia el    montoncito de alimen-   y con muy buen oído,    tos de loros que iban
        cielo cuando llovía, lo  tos sanos, deliciosos y  además de divertidos,  siguiendo cautelosa-
        que hacía posible que   nutritivos. Estaban     decidieron volver y     mente cada uno de sus
        una de sus zonas que-   convencidos de que      perdonar a los niños    pasos. Y no van a creer
        dase siempre sin cubrir.  todo aquello era muy  ofreciéndoles de nue-   lo que pasó entonces:
        Los niños de la leyen-  extraño, pero el miedo  vo su desinteresada     ¡Todos aquellos loros
        da, cuyos nombres se    a pasar más hambre les  ayuda y amistad.        se convirtieron en per-
        perdieron con el paso   hizo no preguntarse        Al cabo de un buen   sonas de todos los co-
        de los siglos, se encon-  nada más y disfrutar  tiempo el diluvió paró  lores, edades y tama-
        traban precisamente     cada día de todos aque-  y el agua fue desapa-  ños! Y todos muy con-
        en aquella montaña      llos manjares.          reciendo poco a poco    tentos volvieron a dar
        cuando todo sucedió.       Cuando el hambre     de todas las zonas su-  vida a aquella tierra,
        Asustados y buscando    de los pequeños ya se   mergidas. El final del  acompañando a los ni-
        refugio desesperada-    había ido completa-     diluvio hizo que los    ños en una nueva y pre-
        mente, los pequeños     mente, decidieron ave-  niños quisiesen regre-  ciosa existencia, que ya
        dieron con esta enig-   riguar quién era que lle-  sar a casa, aunque la  no se sumergiría jamás.
        mática montaña y sin    vaba hasta aquel trozo
        dudarlo un momento      desierto de tierra la co-
        se  refugiaron en ella.  mida. Al poco rato vie-
           Una vez a salvo, se  ron a dos  extraños lo-
        dieron cuenta de que    ros de preciosos y di-
        no tenían nada que co-  versos colores que pa-
        mer, con lo que de      recían ir disfrazados de
        nada serviría refugiar-  seres humanos de aquí                Humano es errar,
        se de la lluvia para no  para allá.                     de bestias seguir errando.
        ahogarse. Así, conven-     Aquella    imagen
        cidos de que aquello    resultó  tan asombrosa
        no les llevaría muy le-  y divertida a  los  niños
        jos, decidieron explo-  que no podían parar de             Costumbres y dineros
        rar aquel misterioso    reír. Se dejaron ver en-
        trozo de tierra que     seguida por los loros,         hacen a los hijos caballeros.
        nunca se mojaba.        que no se tomaron muy
           Cansados y a punto   bien todas aquellas ri-
        de volver de nuevo a la  sas y burlas y decidie-           Hay dos palabras que
        cueva en la que pasa-   ron no volver más.              te abrirán muchas puertas:
        ban el día y dormían,      A los pocos días los
        los niños encontraron   niños, faltos de nuevo                  tire y empuje
        un pequeño monton-      de comida, compren-
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