Page 17 - Semanario-07-10-22.pmd
P. 17
17
17
17
17
17
Viernes 7 de Octubre de 2022
La aparición de la Srta. Davies
ADAPTACIÓN LIBRE DE CUENTO DE TERROR DE DANIEL DEFOE
para mí… la noticia… Mi prima
Después Julia le pre- falleció el pasado 7 de
guntó a su amiga por su setiembre, a causa de
hija: uno de sus ataques.
–Si quieres, mando –¿El viernes? - pre-
a buscarla. guntó extrañada Adria-
–Oh, sí, me haría na-. ¡Es imposible! Ella
mucha ilusión verla - misma me visitó el sába-
contestó Julia. do. Llevaba un precioso
Y su amiga salió un vestido a rayas que es-
momento a mandar el taba elaborado con una
recado a través de una seda fantástica.
vecina. Cuando regre- La mujer de Watson,
só, se encontró a Julia que lo había acompa-
en la puerta, lista para ñado, dio un grito de
irse. espanto.
–Pero, ¿te vas ya? –¡Dios mío! ¿Cómo
¡Si va a venir mi hija! sabes eso? Ese vestido
Espera un poco… lo confeccionamos a
–No puedo, amiga, medida entre las dos y
debo irme ya, pero nadie conocía esos de-
muchísimas gracias por talles.
todo. Ha sido un placer –¡Pues yo misma
volver a pasar un rato toqué la tela! Y ella me
contigo. contó muchas cosas,
Y Adriana vio cómo su como que recibía una
amiga se alejaba, la pudo pensión de 10 mone-
seguir un rato con la mi- das al mes…
rada hasta que se perdió Tanto Watson como
al girar por una calle. su mujer quedaron ató-
Al día siguiente, nitos y le mostraron la
Adriana mandó un re- esquela recién impre-
La Srta. Julia Davies vían. Y esto hizo que –Creo que merecía mo Watson.
era una mujer de unos poco a poco la relación la pena. Me gustaría –Pero, ¿por qué no cado a casa de Watson, sa con la fecha de la
treinta años, hermosa, entre ambas amigas se pedirte perdón por ha- le escribes tú esa car- el primo de su amiga, muerte.
soltera, que no andaba fuera enfriando, hasta ber estado ausente tan- ta? -preguntó extraña- que vivía en esa misma Desde entonces, los
muy bien de salud y no el punto de distanciar- to tiempo… da su amiga. ciudad. Quería saber si amigos del hermano de
tenía trabajo. Su fami- se por completo. Adria- –Oh, ya estás per- –No me encuentro estaba todavía allí para Julia acusan a Adriana
lia era un hermano que na llegó a estar dos donada, no te preocu- bien -explicó pasándo- ir a verla. Pero Watson de mentirosa. Ninguno
se preocupaba mucho años y medio sin saber pes. se la mano por la fren- se extrañó tanto por la cree su historia. Yo sí.
por ella, y una amiga con nada de su amiga. –Pensarías que soy te-. Y créeme, debes pregunta, que decidió ¿Qué interés tendría
la que compartía largas Era 8 de setiembre una amiga horrible. hacerlo tú. Ya descubri- ir él mismo a visitar a ella en inventar algo así?
horas de tertulia. de 1705. Este dato es –No, tampoco ha rás el motivo… Adriana. El resto, queda a
Esta historia la con- importante, como ve- sido para tanto. Me Su amiga vio enton- –He querido venir merced de la opinión
tó Adriana, la amiga ín- remos después. Ese día, entristeció mucho per- ces que efectivamente en persona para darte de cada cual.
tima de Julia. Ella siem- que era sábado, alguien derte, eso es verdad… estaba punto de tener
pre dijo que eran ínti- llamó a la puerta de la –Me gustaría pedir- uno de sus ataques, así
mas desde la niñez. Ju- vivienda de Adriana. te un favor, -dijo en- que se sentó más cerca
lia no tenía padre y ¡Menuda sorpresa se tonces Julia. de ella por si tenía que
siempre andaba esca- llevó al ver a su amiga! –Claro, dime, ¿qué ayudarla. Se fijó enton-
sa de recursos. En rea- –¡Cuánto tiempo sin puedo hacer por ti? ces en la preciosa tela
lidad, la sostenía su saber de ti! -exclamó –Escribir una carta de seda de su vestido a
hermano, y ella, movi- llena de ilusión. a mi hermano. Me gus- rayas y hasta lo tocó.
da también por la pie- Pero cuando la jo- taría decirle en esa car- –¡Qué tela tan ma-
dad, la visitaba con fre- ven fue a darle dos be- ta que deseo que re- ravillosa! -le dijo Adria-
cuencia. De hecho, sos, su amiga se apartó parta todas mis alhajas na a su amiga.
muchas veces su amiga con delicadeza y dijo: y que le dé una parte –Sí, este vestido lo
le había dicho que sen- –Perdona que no te de mis bienes a mi pri- mandé hacer a medida
tía una gratitud inmen- bese, pero es que es-
sa y que jamás permiti- toy un poco fatigada y
ría que se estropeara sudo mucho.
su amistad. Ambas jó- Adriana perdonó a
venes se contaban to- su amiga y la invitó a
dos sus secretos, leían sentarse. Tenía muchas
libros juntas y pasea- ganas de que la pusiera Lo que se les dé a los
ban con frecuencia por al día de cómo le iba
las avenidas principa- todo. niños, los niños darán
les. Adriana la ayudaba –¿Y tu hermano? a la sociedad.
cuando tenía alguno de ¿Por qué no te ha
sus ataques. Julia a ve- acompañado hasta KARL A. MENNINGER (1893-1990)
ces se asfixiaba y le cos- aquí?
taba volver a respirar. –Bueno, -contestó
Adriana era toda Julia- No quería decirle
atención hacia su ami- nada por si me apuraba. El medio mejor para
ga. Hasta que un día Y tenía muchas ganas de hacer buenos a los niños,
Julia comenzó a traba- verte. Así que preferí
jar. Su hermano le ha- hacer el viaje sola. es hacerlos felices
bía conseguido un –Eres muy valiente, OSCAR WILDE (1854-1900)
puesto pero lejos de teniendo en cuenta tu
Canterbury, donde vi- estado de salud.