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El extraño caso de Yonohago Kaso


          VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  INFANTIL  DE  PEDRO PABLO SACRISTÁN













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                                                                                                                desespere tanto como ver
                                                                                                                     mal interpretados
                                                                                                                  nuestros sentimientos.
                                                                                                                    Jacinto Benavente





                                                                                                                     Un ganador es un
                                                                                                               soñador que nunca se rinde.
                                                                                                                      Nelson Mandela




                                                                                                                         Tener un hijo, plantar
                                                                                                            un árbol y escribir un libro es fácil.
                                                                                                             Lo difícil es criar un niño, regar el
           En Japón, en un         Sus papás le ad-     puesto, ni siquiera     tanta gracia ver a una        árbol y que alguien lea el libro.
        bonito castillo, vi-    vertían que así se      oía a alguien tan pe-   ratoncita tan mando-                      Anónimo
        vían dos familias rea-  quedarían sin sir-      queño.                  na que la guardaron
        les, cada una con su    vientes, pero no qui-      La ratoncita Yono-   en una jaula y la lle-
        papá rey, su mamá       so escuchar: estaba     hago, impaciente,       varon a un circo de
        reina y su hija prin-   demasiado ocupada       trepó hasta la cara de  ratones.                                 Quien duda
        cesa.                   haciendo lo que ella    la niña:                   Y allí, sin sirvien-       y no investiga se torna no sólo
           Aunque las fami-     quería, cuando ella        - ¡Soy la princesa   tes ni comodidades,             infeliz sino también injusto.
        lias reales no suelen   quería y como ella      y he dicho que te le-   vivió la peor de sus
        compartir sus pala-     quería.                 vantes, bicho gordo!    aventuras, pues para                    Blaise Pascal
        cios, éstas lo hacían      Molestos, los rato-  - reclamó mordién-      conseguir un poqui-
        por una razón muy       nes sirvientes se fue-  dole la nariz a Clotil-  tín de comida al día
        especial: no lo sa-     ron marchando, has-     de.                     tuvo que aprender a
        bían. Y es que la se-   ta que no quedó nin-       La niña se levantó   escuchar y obedecer
        gunda de estas fami-    guno.                   de un salto y dio un    todas y cada una de
        lias era una familia       - Ahora te tocará    grito. Varias perso-    las tonterías que el
        de reales ratoncitos    hacer las cosas por ti  nas llegaron corrien-   domador le ordena-
        que vivía entre las     misma - dijo la reina   do y descubrieron en    ba.
        paredes del castillo.   ratona.                 el centro de la habi-      Y ahora que sabe
           Miembros de la          - ¡De ninguna ma-    tación un ratoncito     que se comportó más
        antigua dinastía ratu-  nera!    Encontraré     de gesto orgulloso      como una domadora
        na de los Kaso, eran    nuevos sirvientes -     que parecía querer      que como un prince-
        orgullosos y comodo-    respondió orgullosa.    dar órdenes a todo el   sa, espera el momen-      A   I   P   S   E   I   C   S   C   B   C
        nes: todo lo hacían        Y se marchó a bus-   mundo.                  to de poder escapar       YH      E   D   L   I   T   O   L   C   D
        sus sirvientes, quie-   carlos. Al acercarse a     Y era verdad, la     para buscar a todos       AO      E   O   R   J   Z   T   C   I   S
        nes robaban de todo     las zonas habitadas     princesa ratona esta-   los ratones que mal-
        a los verdaderos        por humanos descu-      ba enojadísima con      trató, pedirles per-      A   L   N   C   M   I   F   S   S   E   L
        dueños del palacio.     brió carteles avisan-   aquellos animales       dón y escuchar aten-      DL      O   O   R   D   I   U   T   G   L
           Vivían tan a gusto   do del peligro.         grandotes que tarda-    ta cualquier consejo      L   I   S   A   H   I   R   N   O   A   I
        que nunca salían de        - Soy la princesa,   ban tanto en traerle    que quieran darle.
        su pequeña habita-      hago lo que quiero,     un pastel y un trozo       Mientras espera esa    E   T   N   I   B   A   E   V   U   N   S
        ción y ni siquiera sa-  cuando quiero y         de queso como había     ocasión sigue sufriendo   T   S   S   T   I   I   G   L   O   A   O
        bía que vivían en un    como quiero. No         pedido.                 como nunca supo que se    S   A   R   N   V   T   O   O   M   E   D
        palacio habitado por    pienso hacer caso a        A todos les hizo     podía sufrir.
        humanos.                nadie. Y menos a                                                          AC      A   R   T   E   L   E   S   A   O
           Tantas comodida-     unos carteles.            URUGUAYECES                                     PH      I   O   R   G   I   L   E   P   M
        des y tan poco es-         Finalmente, llegó      URUGUAYECES                                     T   S   O   S   O   L   L   U   G   R   O
        fuerzo habían con-      a la salida de la rato-                                                   NH       A  N   O   D   N   A   M   I   C
        vertido a Yonohago,     nera y se encontró en     Con más señas que partida de truco
        la princesa ratona, en  la habitación de la       ..................................................................................  AC  A  I  T  S  A  N  I  D  A
        una mandona impa-       princesa    humana,                                                       OS      A   K   O   H   C   I   B   O   O
        ciente que vivía tan    Clotilde, que dormía        Cuidado, hay moros en la costa                E   H   A   I   C   A   R   G   S   S   C
        ocupada pidiendo y      la siesta.
        exigiendo que nunca        Yonohago se puso       ..................................................................................
        escuchaba nadie.        muy contenta a ver a           Estirado como perro al sol
           - ¡Quiero un pas-    la niña.
        tel ahora mismo!           - ¡Este animal tan     ..................................................................................
           - ¿De qué sabor,     grande será un sir-
        princesa?               viente estupendo!              Sin gracia como bailar con
           - ¡Que no me ha-     ¡Venga, despierta,                      el hermano
        bles! ¡Quiero mi pas-   que tengo hambre!         ..................................................................................
        teeeeel!                   Clotilde, por su-
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