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Sábado 1º de Julio de 2023
Cómo le creció la trompa al elefante
VERSIÓN LIBRE DE CUENTO DE RUDYARD KIPLING
cogía, pero nada… ceando orgulloso su
–No te preocupes - trompa.
lo tranquilizó la boa. - Siguió las cáscaras
Verás cómo te convie- de melón, y las fue re-
ne… cogiendo.
En ese momento Cuando tenía ham-
una mosca se posó so- bre, alargaba la trom-
bre el trasero del bebé pa para escoger la me-
elefante, y éste, sin jor fruta de los árboles
querer, ¡zas!, la gol- sin tener que esperar
peó con su enorme a que se cayera, como
trompa. antes. Y cuando esta-
–Mira -dijo enton- ba aburrido, echaba
ces la boa, -¡primera tanto aire por la trom-
ventaja! pa, que un sonido pa-
Entonces, el ele- recido al de una trom-
fante sintió hambre y peta hacía retumbar
agarró con su trompa toda la selva.
un buen manojo de Al llegar, sus pa-
hierbas que vio a lo dres quisieron casti-
lejos. garlo por haberse ido
–¡Segunda venta- solo tan lejos y por re-
ja! -le hizo ver la ser- gresar con esa nariz
piente. tan larga, pero poco a
Bebé elefante era Pero el bebé ele- tarlesss? diré al oído… Y como el pequeño poco se dieron cuen-
precioso, con su nariz fante no podía dejar –Quiero saber qué El elefante se acer- elefante comenzaba a ta de todas sus venta-
chata y tan menudo. de preguntarse a to- comen - dijo seguro el có. tener calor, tomó con jas. Así que, uno a uno,
Pero le encantaba pre- das horas. ¡No podía elefante. Y cuando el elefan- su nueva trompa una fueron acercándose
guntarlo todo, a todas con tanta curiosidad! – ¡Qué inssssenssa- te estaba cerca de sus gran cantidad de agua hasta el río Limpopo
horas, y los demás ani- –¿Y qué cena el co- to! -replicó ella. fauces, el cocodrilo y barro del río y se la en busca de cocodri-
males ya estaban can- codrilo? ¿Lechugas? Y la serpiente le agarró al pequeño por echó por encima. los para alargar sus na-
sados. ¿Qué es esto? ¿Grillos? ¿Caracoli- golpeó con el extre- su pequeña nariz, que –¡Y tercera venta- rices.
¿Cómo fue? ¿Cuán- tos? -preguntó un día mo de su cola. era como una bota, y ja! - siguió enumeran- Y desde entonces,
do? Pero sobre todo, de verano a sus pa- El elefante siguió anunció: do la boa. todos los paquider-
preguntaba: ¿por dres. andando, algo dolori- –¡Empezaré por –¡Cierto! -respon- mos tienen esa her-
qué? –¡Chssss! -lo acalla- do, hasta que paró a comerme al hijo del dió muy contento el mosa trompa que sur-
–Venga, cuénta- ron ellos. descansar junto a un elefante! elefante, quien deci- gió gracias a la curio-
me, avestruz -pregun- "Si no me lo cuen- tronco que vio ya jun- –¡Suéltame, que dió que era hora de sidad de un pequeño
tó un día el pequeño tan, me enteraré" -se to al río Limpopo. Pero me lastimas! -reclamó volver a casa, balan- elefante.
elefante. -Por qué te dijo el pequeño ele- aquello no era un el elefantito intentan-
salen tantas plumas fante. tronco, sino nada más do librarse de su ene-
en la cola? Y así, dispuesto a y nada menos… ¡que migo.
Y el avestruz, mo- saber, habló con el pá- un cocodrilo!, que Con las patas bien
lesto, respondió: jaro kolokolo: además, le guiño al seguras sobre el ba-
–Deja de ser tan in- –Mis padres me elefantito un ojo. rro, tiraba y tiraba ha-
discreto -y empujó castigaron por querer –Perdone usted - cia su lado, mientras
con fuerza al peque- saber… También otros dijo el elefante, que el cocodrilo por su
ño elefante. animales están moles- nunca vio un cocodri- parte hacía lo mismo,
Otro día, preguntó tos conmigo, pero yo lo antes. –¿No habrá chapoteando en el
a su tía, la jirafa: quiero saber… ¿qué visto por aquí algo lla- agua y tirando hacia sí
–¿Por qué tienes comen los cocodrilos? mado cocodrilo? con todas sus fuerzas.
tantas manchas? –Si vas hasta el río Y el animal levantó La nariz del elefan-
–¡Qué insolente, Limpopo, sabrás lo la cola. El elefante se te comenzó a estirar-
pequeño -respondió que deseas saber… apartó pensando que se. En esto llegó la ser-
ella tan enfadada, que Y así es como el pe- iba a golpearlo por piente y enrollándose
terminó dando una queño elefante se preguntar. a una de las patas del
patada al pequeño adentró valiente por –¿Te asusté? -pre- bebé elefante, le dijo:
elefante. la peligrosa selva, con guntó el cocodrilo. –Inexperto viajero,
Él siguió preguntan- un buen cargamento –Verás, es que mis deja que te ayude. Tira
do a otros animales: de melones para el ca- tíos y el resto de los y tira hacia este lado,
–Buenos días, hi- mino. Iba echando animales se enfadan o el cocodrilo se sal-
popótamo, ¿por qué trocitos de cáscara mucho porque siem- drá con la suya.
tienes los ojos tan ro- según avanzaba. Y se pre estoy preguntan- La serpiente unió
jos? encontró con la ser- do… fuerzas al elefante, al
–¡Mira que eres pe- piente, una boa de –Uy, yo no haré tal que le seguía crecien-
sado! -respondió su colores: cosa -dijo el cocodrilo do más y más la nariz,
tío, el hipopótamo. –¡Despierta, ser- dejando verter lágri- hasta que de pronto
Y al mandril lo te- piente! ¿Has visto por mas falsas. –Yo soy el el cocodrilo no pudo
nía ‘frito’ a preguntas: aquí algún cocodrilo? cocodrilo, así que más y la soltó, ¡zas! La
–¿Por qué comes Debo preguntarle una dime, ¿qué deseas? (ahora) enorme nariz
tantos melones? cosa importante. –Quisiera saber del elefante llegó has-
–¡Largo de aquí, –Sssssí que hay - qué comes -preguntó ta él como un resorte.
majadero! -le gritó el dijo la serpiente con con inocencia el bebé El pobre elefante
mono, tirándolo al algo de timidez. -¿Y elefante. metió su nariz en el
suelo. qué vasss a pregun- –Acércate y te lo agua, para ver si en-