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                                                                  Viernes 19 de Mayo de 2023
                 La bota de piel de búfalo




                 ADAPTACIÓN LIBRE  DE  CUENTO  CLÁSICO DE LOS  HERMANOS  GRIMM



                                                                                                        guos camaradas y les    soldado vio que una
                                                                                                        contó:                  multitud salía a su en-
                                                                                                           -Allá en el bosque he  cuentro lanzando ruido-
                                                                                                        encontrado un nido de   sos gritos de júbilo.
                                                                                                        pájaros de horca; ven-     -¿Qué significa esto?
                                                                                                        gan, que los cazaremos.  -preguntó el soldado al
                                                                                                        Se puso a la cabeza invi-  cazador. Su compañero
                                                                                                        tando al cazador:       le respondió:
                                                                                                           -Ven conmigo y ve-      -¿Ignoras que el Rey
                                                                                                        rás cómo aletean cuan-  llevaba mucho tiempo
                                                                                                        do los tengamos por los  ausente de su país?
                                                                                                        pies. Dispuso que sus   Pues hoy regresa y todo
                                                                                                        hombres rodearan a los  el mundo sale a recibir-
                                                                                                        bandidos, y luego, le-  lo.
                                                                                                        vantando la botella, be-   -Pero, ¿dónde está
                                                                                                        bió un sorbo y agitán-  el Rey? -preguntó el sol-
                                                                                                        dola encima de ellos, ex-  dado-. No lo veo.
                                                                                                        clamó:                     -Aquí está dijo el ca-
                                                                                                           -¡A despertarse to-  zador-. Yo soy el Rey y
                                                                                                        dos! Inmediatamente     he anunciado mi llega-
                                                                                                        recobraron la movili-   da.
                                                                                                        dad; pero fueron arro-     Y abriendo su caza-
                                                                                                        jados al suelo y atados  dora, el otro pudo ver
                                                                                                        de pies y manos con     debajo las reales vesti-
                                                                                                        cuerdas. A continua-    duras. El soldado cayó
                                                                                                        ción, el soldado mandó  de rodillas pidiendo per-
                                                                                                        que los cargasen en un  dón por algún destrato.
                                                                                                        carro como si fuesen    Pero el Rey le estrechó
                                                                                                        bolsas y ordenó:        la mano y le agradeció:
           Había una vez un sol-  en la lejanía; allí habrá  descubrieron a los dos  cazador, le anunció:  -Llévenlos a la cár-    -Eres un bravo sol-
        dado que recibió su baja  algo de comer.        forasteros ocultos de-     -Ahora, atención,    cel.                    dado y me has salvado
        y como no sabía ningún     Llamaron en una      trás del horno.         hermano, que vas a ver     El cazador, llamando  la vida. No pasarás más
        oficio, iba por el mundo  casa de piedra y acudió  -¡Ajá, señores! -ex-  maravillas. Voy a brin-  aparte a uno de la tro-  necesidad, yo cuidaré
        paseando, viviendo de   a abrir una anciana.    clamaron-. ¿Conque es-  dar por toda la compa-  pa, le dijo unas palabras  de ti. Y el día en que te
        limosnas. Colgaba de       -Buscamos albergue   tán aquí? ¿Qué han ve-  ñía. Y levantando la bo-  en secreto.           apetezca un buen asa-
        sus hombros una vieja   para esta noche -pidió  nido a buscar? ¿Acaso   tella por encima de las    -Hermano Botaslim-   do tan sabroso como el
        capa y calzaba botas de  el soldado-, y algo que  son espías? Pues espe-  cabezas de los bandole-  pias -exclamó el solda-  de la cueva de los ban-
        piel de búfalo, que era  echar al estómago.     ren un momento y vola-  ros, exclamó:           do, hemos derrotado al  didos, sólo tienes que ir
        cuanto le había queda-     -En esta guarida de  rán del extremo de una     -¡A vuestra salud,   enemigo y vamos con la  a la cocina de palacio.
        do.                     ladrones no se pueden   rama seca.              pero con la boca abier-  tripa llena; ahora segui-  Pero si te entran ganas
           Un día llegó a un bos-  quedar, si los encuen-  -¡Mejores modales!   ta y el brazo en alto! -y  remos tranquilamente.  de pronunciar un brin-
        que y vio sentado, so-  tran, están perdidos.   -respondió el soldado-.  bebió un buen trago.      Cuando se acerca-    dis, antes debes pedir-
        bre un árbol caído, a un   -No llegarán las co-  Yo tengo hambre; pri-     Apenas había pro-    ban ya a la ciudad, el  me autorización.
        cazador que vestía una  sas tan lejos -replicó el  mero me dan de comer  nunciado aquellas pala-
        cazadora verde. Le ten-  soldado-. Llevo dos días  y luego hagan conmigo  bras, todos se queda-
        dió la mano al soldado,  sin probar bocado y lo  lo que quieran.        ron inmóviles, como pe-
        y éste, sentándose a su  mismo me da que me        El cabecilla respon-  trificados, abierta la
        lado, alargó las piernas.  maten aquí que morir  dió:                   boca y levantando el
           -Veo que llevas bo-  de hambre en el bos-       -Veo que no tienes   brazo derecho.
        tas muy brillantes -dijo  que. Yo me quedo.     miedo. Está bien. Te da-   Dijo entonces el ca-
        al cazador-; pero si tu-   El cazador se resistía  remos de comer antes  zador: -Veo que sabes
        vieses que vagar por el  a quedarse; pero el sol-  de morir.            muchas tretas, pero
        mundo como yo, no te    dado lo tomó del brazo:    -Luego hablaremos    ahora vámonos a casa.
        durarían mucho tiem-       -Vamos, amigo, no te  de eso -replicó el solda-  -No corras tanto,
        po. Fíjate en las mías;  preocupes.             do-; y sentándose a la  amiguito. Hemos derro-
        son de piel de búfalo, ya  La señora se compa-  mesa, atacó el asado.   tado al enemigo y es
        he andado por toda cla-  deció de ellos y les dijo:  -Hermano Botaslim-  hora de recoger el bo-
        se de terrenos.            -Ocúltense detrás    pias, ven a comer -dijo  tín. Míralos ahí, senta-
           Al cabo de un rato se  del horno hasta que es-  al cazador-. Tendrás  dos y boquiabiertos de
        levantó y dijo:         tén durmiendo.          hambre como yo, y en    estupefacción; no po-
           - No puedo conti-       Cuando los ladrones  casa no encontrarás un  drán moverse hasta que
        nuar aquí; el hambre me  llegaron se sentaron a la  asado tan sabroso como  yo se lo permita. Vamos,
        empuja. ¿Adónde lleva   mesa y pidieron la cena  éste.                  come y bebe.
        este camino, amigo Bo-  a gritos. Sirvió la mujer  Pero el cazador no      La mujer trajo otra
        taslimpias?             carne asada y se dieron  quiso comer. Los bandi-  botella de vino añejo y
           -No lo sé -respondió  el gran banquete. Al lle-  dos miraban con asom-  el soldado no se levan-
        el cazador-, me he ex-  gar el olor de la comida a  bro al soldado. Cuando  tó de la mesa hasta que
        traviado en el bosque.  la nariz del soldado, le  terminó, dijo:        se hubo hartado para
           -Entonces estamos    dijo al cazador:           -La comida está muy  tres días. Al fin, cuando
        igual. Buscaremos jun-     -Yo no aguanto más;  buena; pero ahora hace  ya clareó el alba, indicó
        tos el camino.          voy a sentarme a la     falta un buen trago.    a su compañero:
           El cazador esbozó    mesa a comer con ellos.    El jefe de la pandilla,  -Levantemos ahora
        una leve sonrisa y jun-    -Nos costará la vida -  siguiendo la corriente,  el campo; y para aho-
        tos se marcharon, an-   replicó el cazador, suje-  llamó a la mujer:    rrarnos camino, la se-
        dando sin parar hasta   tándolo del brazo. Pero    -Trae una botella de  ñora nos indicará el más
        que cerró la noche.     el soldado tosió con    la bodega, y del mejor.  corto que conduce a la
           -No saldremos del    gran estrépito. Al oírlo  El soldado la descorchó  ciudad.
        bosque -observó el sol-  los bandidos, soltando  haciendo saltar el ta-    Llegados allí, el sol-
        dado-. Pero veo una luz  cuchillos y tenedores,  pón, y dirigiéndose al  dado visitó a sus anti-
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