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El corredor veloz


             VERSIÓN LIBRE DE CUENTO DE ALEKSANDER NICOLAYEVICH AFANASIEV


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                                                                                                        zar del Mar se le acercó y  llegado le dijo:
                                                                                                        le dijo:                   -Simeón, haznos ver
                                                                                                           -Pero ¿por qué lloras?  cómo fuiste tú el que con-
                                                                                                        ¿Te aburres? ¿Quieres vol-  siguió llevar tan veloz-
                                                                                                        ver a la tierra rusa?   mente la espada y el escu-
                                                                                                           -Sí, majestad.       do.
                                                                                                           Lo sacó  del agua y lo  Simeón se transformó
                                                                                                        dejó a la orilla del mar.  en ciervo, corrió por el sa-
                                                                                                        Apenas   se   encontró  lón y se paró cerca de Ma-
                                                                                                        Simeón fuera del agua, se  ría Zarevna; ella sacó de
                                                                                                        puso de rodillas y con  su pañuelo el mechón de
                                                                                                        grandísimo fervor rogó así:  pelo que había cortado al
                                                                                                           -¡Dios mío, ten piedad  ciervo, y mostrándolo al
                                                                                                        de mí! Haz que salga el sol.  zar le enseñó el sitio de
                                                                                                           No había tenido tiem-  donde lo había cortado y
                                                                                                        po de decirlo, cuando el  le dijo:
                                                                                                        sol se mostró en todo su   -Mira, padre, ésta es
                                                                                                        esplendor, iluminando el  una prueba.
                                                                                                        mundo con sus rayos.       El ciervo se transfor-
                                                                                                           Se puso en camino ha-  mó en liebre, saltó por to-
                                                                                                        cia su reino, transformán-  das partes y se fue a echar
                                                                                                        dose primero en ciervo,  en el regazo de la zarevna.
                                                                                                        después en liebre y final-  María mostró entonces el
                                                                                                        mente en un pajarito, y en  mechón de pelo que había
                                                                                                        poco tiempo llegó al pa-  cortado a la liebre.
                                                                                                        lacio del zar.             Se transformó la liebre
                                                                                                           Simeón entró en la   en un pajarito con la ca-
                                                                                                        sala donde estaban sen-  beza de oro, y después de
                                                                                                        tados a la mesa María   volar con gran rapidez por
                                                                                                        Zarevna, el general que  todo el salón vino a po-
                                                                                                        esperaba por la mano de  sarse en un hombro de la
                                                                                                        María y los convidados  zarevna.
                                                                                                        para la boda. Apenas Ma-   Ésta desató el tercer
                                                                                                        ría lo vio entrar, lo reco-  nudo de su pañuelo y mos-
           En un reino muy leja-  de un rato oyó pasar a los  sotros te hemos enseña-  por el parque. Después  noció y dijo a su padre:  tró al zar las plumitas
        no, lindando con una    dos ancianos, que de-   do.                     se acercó a la zarevna y   -Padre y señor, permí-  doradas  que  había
        ciudad, había un panta-  cían:                     Simeón volvió a casa  descansó la cabeza sobre  teme decirte algo muy im-  arrancado de la cabeza
        no muy extenso; para en-   -Al que hizo este puen-  y pidió al padre que lo  las rodillas de la joven,  portante.       del pajarito. Al ver esto
        trar y salir de la ciudad  te y esta carretera, de se-  dejase ir.      que cortó con sus          -Habla, hija mía, ¿qué  el zar comprendió toda la
        había que seguir una ca-  guro que Dios le dará    El padre le dio permi-  tijeritas un mechón de  es lo que quieres?   verdad, y después de es-
        rretera tan larga que,  todo lo que le pida.    so, Simeón preparó todos  pelo de la cabeza del cier-  -El general que está  cuchar las explicaciones
        yendo de prisa, se em-     Simeón les pidió:    sus enseres, se despidió  vo.                   sentado a mi lado en la  de Simeón, condenó a
        pleaba tres años en bor-   -Que el zar me acepte  de su familia y tomó la  Después se transformó  mesa no es mi prometido.  muerte al general. A Ma-
        dear el pantano, y yendo  como soldado de su es-  carretera que iba a la  en una liebre y se puso a  Mi verdadero prometido  ría la casó con Simeón y
        despacio se tardaba más  colta.                 capital.                dar saltos y brincos, co-  es el joven que acaba de  lo nombró a él heredero
        de cinco.                  Los ancianos trata-     Caminó muchos días   bijándose luego en las ro-  entrar en la sala.  del trono.-
           A un lado de la carre-  ron de disuadirlo, sin  y al fin llegó; entró en el  dillas de la zarevna, quien
        tera vivía un anciano muy  éxito.               palacio y se presentó al  también cortó otro me-
        devoto que tenía tres hi-  -Ya que te empeñas,  mismo zar. Se inclinó de-  chón de pelo de la cabeza
        jos.                    sea; nosotros te bendeci-  lante de él y el soberano  de la liebre.
           El mayor se llamaba  remos.                  lo aceptó.                 Por último, se trans-
        Iván, el segundo Basiliv   Y diciendo esto pusie-  Pasado algún tiempo,  formó en un pajarito con
        y el tercero Simeón. El  ron las manos sobre su  un rey enemigo empren-  la cabeza dorada, voló de
        buen anciano pensó ha-  cabeza, y al instante el  dió una guerra sangrien-  un lado a otro y se posó
        cer un camino en línea  joven se convirtió en un  ta contra el zar. Simeón  sobre la mano de la
        recta a través del panta-  ciervo que corría a gran  acompañó al zar en su  zarevna María. La joven le
        no, construyendo algu-  velocidad.              combate.                arrancó algunas plumitas
        nos puentes necesarios,    Corrió a su casa, y su  Caminaron muchos     doradas de la cabeza y lo
        con el fin de que la gente  padre y hermanos, ape-  días y atravesaron mu-  puso todo en un pañuelo,
        pudiese hacer todo el   nas lo vieron, quisieron  chas tierras, hasta que al  que ató y escondió en su  C  V  O  E  S  P  A   D   I   B C
        trayecto tardando sola-  cazarlo; pero él escapó y  fin llegaron a enfrentar-  bolsillo.
        mente tres semanas o    volvió junto a los ancia-  se con el enemigo. La ba-  El pajarito esta vez se  T  A  P  L  U  M   A   S   C   T P
        tres días, según se fuese  nos, quienes lo transfor-  talla había de tener lugar  transformó en el joven de
        a pie o a caballo. De este  maron en una liebre. Vol-  a los tres días, pero el zar  antes. La zarevna hizo que  A  R  A  Z  I  E  F  L  A  O C
        modo harían todos gran  vió por segunda vez a su  descubrió que habían  le diesen de comer y be-  OH     I   A   S    O   S   F   T   R E
        economía de tiempo.     casa, y cuando allí se  dejado olvidados en pa-  ber y le dio provisiones
           Se puso al trabajo con  dieron cuenta de que ha-  lacio la espada y el es-  para el camino.    N  I   E   G   S    I   L   E   L   M M
        sus tres hijos, y al cabo  bía entrado una liebre,  cudo.                  Después de entregarle  A  T   U   R   O    I  M    E   O   E   Z
        de bastante tiempo ter-  se echaron sobre ella     Entonces Simeón se   el escudo y la espada del
        minó la obra; el pantano  para cazarla pero se es-  presentó al zar y le dijo:  zar su padre, al despedir-  MD  I  M  G  P  M  I  C   N A
        quedó atravesado por    capó y se volvió a acer-   -Majestad, yo puedo  se le dio un abrazo, y el  R  R  R    I   I   A   I   H   S   T R
        una ancha carretera en  car a los dos viejos, los  ir a palacio y traerte tu  joven corredor se marchó
        línea recta con magnífi-  cuales, por tercera vez, lo  espada y tu escudo en  al campamento de su zar.  E  E  D  G  F  N  O   V   E   A E
        cos puentes.            transformaron en un pa-  tres días.                Al regreso, mientras
           De vuelta a casa, el  jarito dorado que volaba  Usando los conoci-   descansaba del viaje,     HO     C   U   E    T   C   E   A   A V
        padre dijo a sus hijos:  con gran rapidez. Voló a  mientos que le dieron los  pasó a su lado uno de los  A  S  N  E  E  A  R  A   R   N N
        Cada uno de ustedes irá,  casa de su familia, y en-  ancianos, un día y medio  generales del zar y  descu-
        en su turno, a sentarse  trando por la ventana, se  después llegaba a pala-  brió al corredor dormido;  D  I  O  R  T  N  R   I   A   A A
        bajo el primer puente, y  puso a piar y saltar en el  cio, donde la zarevna  aprovechándose de su  AM  H     R   N    O   O   S   Ñ   A Z
        a escuchar lo que dicen  alféizar.              María se había quedado.  sueño lo tiró al agua, y
        los transeúntes.           Los hermanos procu-  Se transformó entonces  tomando la espada y el    P  E   C   A   E    R   B   E   I   L   T
           Iván le contó todo lo  raron capturarlo; pero él,  en hombre, entró en pa-  escudo fue a la tienda de
        que pasó con unos ancia-  con gran ligereza, esca-  lacio y entregó a la  campaña del zar y le en-  SO   E   U   U    L   Z   G   A   P O
        nos que lo colmaron de  pó al campo. Esta vez,  zarevna el mensaje del  tregó las armas, diciéndo-  E  N  M  G   P    A   J   A   R   O S
        riquezas para toda su   cuando el pajarito dora-  zar. Ella lo tomó, y des-  le:
        vida.                   do se arrimó a los dos  pués de leerlo preguntó    -Señor: he aquí tu es-
           Luego Basiliv fue al  viejos, se transformó en  al joven:            pada y tu escudo; yo mis-
        puente y a la vuelta con-  el joven de antes y ellos  -¿De qué modo has  mo te los he traído.
        tó cómo le aseguraron   le dijeron:             podido pasar por tantas    Al pobre Simeón, cuan-
        que tendría trigo para     -Ahora, Simeón, vete a  tierras en tan poco tiem-  do cayó al mar, lo atrapó
        toda su vida y su fami-  alistarte en el ejército  po?                  el zar del Mar y lo tuvo re-
        lia.                    del zar. Si tuvieses que ir  -Pues así -respondió  tenido por tres años; pero
           Al tercer día el viejo  a algún sitio con gran ra-  Simeón.          estaba tan afligido que no
        envió a su tercer hijo.  pidez, podrás transfor-   Y transformándose en  hacía más que llorar todo
        Simeón se escondió de-  marte en ciervo, en liebre  un ciervo dio con gran  el día.
        bajo del puente, y al cabo  o en pájaro, tal como no-  velocidad unas carreras  Un día que estaba más
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