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El diablo y su abuela


                        VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  ANÓNIMO FOLCLÓRICO




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                                                                                                        casco de caballo hue-   quedarán libres, y
                                                                                                        co será su copa de      además, podrán que-
                                                                                                        vino.                   darse con el látigo.
                                                                                                           Cuando el diablo        Respondió el pri-
                                                                                                        se acostó, quitó la     mer soldado:
                                                                                                        abuela la piedra, de-      -En el mar del Nor-
                                                                                                        jando salir al soldado.  te hay un caballo ma-
                                                                                                           -¿Tomaste buena      rino muerto. Éste será
                                                                                                        nota de todo?           el asado.
                                                                                                           -Sí -respondió él-.     Irritose el diablo y,
                                                                                                        Sé lo bastante, y ya    refunfuñando, ¡jum,
                                                                                                        saldré de apuros.       jum!, preguntó al se-
                                                                                                           Marchó por la ven-   gundo:
                                                                                                        tana y fue a reunirse      -¿Y cuál será vues-
                                                                                                        con sus amigos por un   tra cuchara?
                                                                                                        camino distinto, a         -El costillaje de una
                                                                                                        toda prisa. Les contó   ballena, ésa será nues-
                                                                                                        cómo el diablo había    tra cuchara de plata.
                                                                                                        sido engañado por su       Torció el diablo el
                                                                                                        abuela y cómo había     gesto y, volviendo a
                                                                                                        oído, de sus propios    refunfuñar, ¡jum, jum,
                                                                                                        labios, la solución del  jum!, dirigióse al ter-
                                                                                                        acertijo. Se pusieron   cero:
                                                                                                        los tres más contentos     -¿Saben también
                                                                                                        que unas Pascuas y,     cuál ha de ser vuestra
           Hubo una gran gue-   tos a servirme por es-  sentirse angustiados y  dónde venía y qué       haciendo restallar el   copa de vino?
        rra para la cual el Rey  pacio de siete años -  temerosos.              quería.                 látigo, acumularon         -Un viejo casco de
        había reclutado mu-     dijo el dragón-, los       El tercero, en cam-     Le explicó el joven  tanto dinero que se     caballo, ésa será nues-
        chas tropas. Pero como  conduciré a través del  bio, se lo tomaba a     todo lo que le había    les saltaba por el sue-  tra copa de vino.
        les pagaba muy poco,    ejército de manera      broma y les decía:      ocurrido, y,  como le   lo.                        Al oír esto, el dia-
        no podían vivir de ella  que no sean vistos por    -No teman, herma-    resultó simpático a la     En el momento en     blo soltó una palabro-
        y tres hombres se con-  nadie.                  nos; yo no soy tonto y  vieja, ella se compa-   que terminaban los      ta y salió a escape, per-
        centraron para deser-      -No tenemos otra     adivinaré el acertijo.  deció de él y le dijo   siete años se presen-   dido todo poder sobre
        tar.                    alternativa. Fuerza        Salieron al campo y  que estaba dispuesta    tó el diablo con su li-  ellos.
           Dijo uno a los otros:  será que aceptemos,   se sentaron, aquellos   a ayudarlo. Apartó una  bro y, mostrándoles        Los soldados se
           -Si nos descubren,   respondieron. Enton-    dos, siempre tan tris-  gran piedra que cerra-  sus firmas, les dijo:   quedaron con el láti-
        nos ahorcarán. ¿Cómo    ces el dragón los tomó  tes y preocupados.      ba la entrada de una       -Voy a llevarlos al  go, con el cual tuvie-
        haremos?                con sus garras y ele-   Llegó entonces una      bodega y le ordenó:     infierno    conmigo,    ron el dinero a manos
           Respondió el se-     vándolos en el aire     vieja y les preguntó el    -Escóndete aquí;     donde se celebrará un   llenas, y vivieron feli-
        gundo:                  por encima del ejérci-  motivo de su tristeza.  podrás oír todo lo que  banquete. Si son capa-  ces el resto de sus
           -¿Ven aquel gran     to, fue a depositarlos     -¡Bah! ¿Para qué     hablemos; tú perma-     ces de adivinar el asa-  días.-
        campo de trigo? Si nos  en el suelo, a gran dis-  contárselo? Tampoco   neces quieto, sin mo-
        ocultamos en él, na-    tancia. Pero aquel dra-  podrá arreglar nada.   verte ni chistar. Cuan-
        die nos encontrará. El  gón era el diablo en       -¿Quién sabe? -      do llegue el dragón, le
        ejército no puede en-   persona. Les dio un la-  respondió la vieja-.   preguntaré por el enig-
        trar allí y mañana se   tiguillo y les dijo:    ¡Ea, cuéntenme su       ma y me lo dirá todo.
        marcha.                    -Háganlo restallar,  apuro!                  Fíjate tú en sus res-
           Se escondieron en-   y caerá tanto dinero       Le confesaron en-    puestas.
        tonces en el trigo;     como pidan. Podrán      tonces que habían sido     A las 12 de la noche
        pero la tropa no se     vivir como grandes se-  criados del diablo por  llegó el dragón volan-
        marchó, contra lo pre-  ñores, sostener caba-   espacio de casi siete   do y pidió la cena. La
        visto, sino que conti-  llos e ir en coche. Pero  años, recibiendo de él  abuela puso la mesa y
        nuó acampada por        cuando hayan pasado     dinero a chorros; mas   sirvió las viandas y be-  O   I  O    L   L   A   B   A   C    R  H
        aquellos alrededores.   los siete años, serán   para ello habían debi-  bidas, procurando sa-
        Los desertores perma-   míos.                   do firmar que le per-   tisfacerlo. Se sentó      Y   T   A  O    S   N   A   T   E   M   A
        necieron ocultos du-       Y, sacando un libro  tenecían y se le entre-  ella también, y comie-   A   S   N   L   A   N   O   R   A   M   S
        rante dos días con sus  y abriéndolo, los obli-  garían si, transcurridos  ron y bebieron juntos.
        noches; pero, al cabo,  gó a firmar en él.      los siete años, no lo-  Durante la conversa-      C  O    I   E   E   A   A   G   S    I  S
        se sintieron a punto       -De todos modos -    graban descifrar un     ción, la abuela le pre-   O   E   L   L   M   T   R   D   A   O    T
        de morir de hambre. Y   les dijo-, antes les    enigma que él les pro-  guntó cómo había pa-
        si salían, su muerte era  plantearé un acertijo,  pondría.              sado el día y cuántas     E  O    L   G   R   O   A   R   S    R  O
        segura.                 si son capaces de des-     Propuso entonces     almas había conquis-      S   A   I   E   I   O   G   O   E   Ñ   D
           Se lamentaban en-    cifrarlo quedarán li-   la vieja:               tado.
        tonces.                 bres, y ya ningún po-      -Si quieren que los     -Hoy he tenido         B   N   S   E   C   G   M    I   I  U    I
           -¡De qué nos ha      der tendré sobre uste-  ayude, uno de ustedes   mala pata -respondió
        servido desertar, si    des.                    debe irse al bosque.    el diablo-; pero hay      E   E  O    S   U   I   Q   A    T   T  G
        también habremos de        El dragón se alejó   Llegará a un muro de    tres soldados que no      D  O    A   D   N   R   I    I  A   A    I
        morir aquí miserable-   volando, y ellos, ha-   rocas derruido que      se me escaparán.
        mente!                  ciendo restallar el lá-  tiene el aspecto de       -¡Ah, tres soldados!   A   C   E   A   A   T   O   P   H    L   L
           En esto llegó, vo-   tigo, enseguida tuvie-  una casita. Que entre   -replicó la vieja-. Esos  C   U   S   A   S   D   O   J   A    E   L
        lando por los aires y   ron dinero en abun-     allí y hallará el reme-  no son tontos, aún se
        escupiendo fuego, un    dancia. Encargaron lu-  dio.                    te pueden escapar.        G   E   E   U   T   R   L   J   E   U   E
        dragón que se posó      josos vestidos y se        Los dos pesimistas      Pero el diablo se      D   A   G   V   T   S   E   O   E   B   R
        junto a ellos y les pre-  fueron a recorrer el  pensaron: esto no nos   jactó, irónico:
        guntó por qué se ha-    mundo. En todas par-    ha de salvar, y siguie-    -Son míos. Les plan-   R   N   E   T   E   I   S   O   S   A   V
        bían ocultado allí.     tes vivían en buena     ron sentados. Pero el   tearé un acertijo que     A  H   O    T   V   J   I   C   S   B   F
           Le respondieron      paz y alegría, tenían   tercero, siempre ani-   jamás serán capaces
        ellos:                  caballos y coches, co-  moso, se puso en ca-    de descifrar.
           -Somos soldados, y   mían y bebían, pero     mino, bosque aden-         -¿Y qué acertijo es?
        hemos desertado por     sin hacer nunca nada    tro, hasta que llegó a  -preguntó ella.
        lo escaso de la paga.   malo.                   la choza de piedras.       -Te lo diré. En el
        Pero si continuamos        Pasó el tiempo rá-      En su interior había  mar del Norte hay un
        aquí, moriremos de      pidamente, y cuando     una mujer más vieja     caballo marino muer-
        hambre; y si salimos,   ya los siete años llega-  que Matusalén, que    to, que será su asado;
        nos ahorcarán.          ban a su fin, dos de    era la abuela del dia-  y el costillaje de una
           -Si están dispues-   ellos empezaron a       blo, y le preguntó de   ballena será su cucha-
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