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Los corredores
VERSIÓN LIBRE DE CUENTO CLÁSICO DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN
que. Es magnífico esto de buen cuidado de conside-
poder florecer, perfumar rar la utilidad que repor-
y refrescar, y vivir en la taría al ganador. Ahora la
leyenda y en la canción. liebre está aprovisiona-
Pero el rayo de sol nos da.
sobrevive a todos. El caracol puede su-
-¿Cuál es el primer birse al muro a lamer el
premio? -preguntó la musgo y la luz del sol;
lombriz de tierra, que se además, se le nombra ár-
había pasado el tiempo bitro para la próxima
durmiendo y llegaba tar- competición.
de. En eso que los hombres
-Consiste en tener en- llaman un comité convie-
trada libre a un huerto - ne mucho contar con un
dijo el mulo-; yo lo propu- especialista.
se. He de decir que tengo
Como forzosamente grandes esperanzas en el
tenía que ganarlo la lie- futuro, pues el principio
bre, yo, como miembro ha sido realmente esplén-
pensante y activo, tuve dido.-
En un reino lejano, en cha a otras tierras cuan- den de las letras, empe- cosa, y es que he alcan- El bien que hicimos
el que los animales toma- do aquí empieza el frío. zando por la última, zado a más de una liebre.
ban las decisiones, hace No demuestra el menor mientras que en el segun- Bien lo sé. No hace mu- la víspera es el que nos trae la
bastante tiempo se había patriotismo. No se puede do partí de la primera. Y cho que rompí las patas felicidad por la mañana.
concedido un premio o, tomar en consideración. ahora fíjense ustedes lo traseras de un lebrato.
mejor dicho, dos pre- -¿Y qué ocurriría si que resulta cuando se Me había instalado sobre Proverbio hindú
mios: uno pequeño y otro durante todo el invierno parte de la primera: la le- la locomotora de un tren;
mayor, para los corredo- me quedara en el cena- tra decimoquinta des- lo hago a menudo, pues
res que fueran más velo- gal? Si me lo pasase todo pués de la Z es la L, por es el mejor modo de ob-
ces; pero no en una sola durmiendo, ¿me tomarían eso voté en favor de la servar la propia veloci- El mensaje enviado
carrera sino en el trans- en cuenta? -preguntó la liebre para el primer pre- dad.
curso de todo un año. golondrina. mio, y la tercera empe- Un lebrato corría muy no es siempre el mensaje recibido.
-Yo he ganado el pri- -Procúrese un certifi- zando por la primera es por delante, sin sospe- Virginia Satir
mer premio -dijo la lie- cado de la señora del la C, de aquí que para el char que yo estaba allí;
bre-. Es natural que se pantano acreditando que segundo premio diera mi al fin hubo de desviarse,
imponga la justicia, se ha pasado la mitad del voto en favor del caracol. pero la locomotora le
cuando en el jurado hay tiempo durmiendo en la La próxima vez tocará el partió las patas traseras
parientes y buenos ami- patria y será admitida al primer premio a la K y el debido a que yo estaba
gos. Pero eso de que el concurso. segundo a la D. Lo impor- posada encima. La liebre
caracol obtuviera el se- -Yo merecía el primer tante, en todas las cosas, quedó allí tendida, mien-
gundo premio resulta premio y no el segundo - es proceder siempre con tras yo seguía adelante.
casi ofensivo para mí. protestó el caracol-. Sé de orden. Hay que partir de ¿No es una victoria esto?
-De ningún modo - buena tinta que la liebre una base firme. Pero no aspiro al premio;
contestó la estaca, que corrió siempre por mie- -Si yo no hubiese sido me da igual.
había actuado como tes- do, creyendo que había miembro del jurado, ha- -Me parece, -pensó la
tigo en el acto de la dis- peligro. Yo, en cambio, bría votado en mi favor - rosa silvestre, aunque se
tribución premios. Tam- hice de la carrera el ob- comentó el mulo, que ha- guardó el pensamiento A I O I M E R P E R T
bién hay que tener en jetivo de mi vida y me bía actuado de juez-. No para si, pues no está en
cuenta la diligencia y la costó quedar inválido, en sólo hay que tener en su naturaleza el expre- I M A Z I R B M O L R
buena voluntad. acto de servicio. Si al- cuenta la velocidad del sarse de viva voz, aunque C O O D N U G E S S R
Así dijeron muchas guien mereció el primer avance sino también aquella ocasión hubiera
personas de peso, y es- premio, ése fui yo. Pero otras circunstancias, por estado muy oportuna-, me A S A S E C O L E V A
tuve de acuerdo con no voy a armar conflic- ejemplo, el peso que se parece que el primer pre- O C O E L D V T D D T
ellas. Cierto que el cara- tos ahora; va en contra puede arrastrar. mio honorífico corres-
col necesitó medio año de mi carácter. No obstante, por esta pondería al Sol, y hasta MA L L A I N R I U R
para salvar el dintel de Y escupió su baba. vez no insistí en ello, ni el segundo, por añadidu- S G N R O E D L O A E
la puerta, pero con las -Yo doy mi palabra, y tampoco hice observar la ra. I I U I I C I E R L C
prisas se fracturó el puedo defenderla, de que listeza de la liebre en la En un santiamén reco-
muslo, pues para él los premios, al menos fuga, el talento con que rre la inconmensurable T J L R R G A O P S N
aquello era ir de prisa. Ha por lo que se refiere a mi de repente da un salto a distancia que media en- O Z A V E D T R A M O
vivido única y exclusiva- voto, se concedieron te- un lado para desconcer- tre el astro y la Tierra, y
mente para su carrera, y niendo en cuenta todas tar a sus perseguidores. llega con una fuerza ca- I P N N E O N N A H C
además llevaba la casa las circunstancias con- Pero todavía hay otra paz de despertar a la na- R T C A M S O O C C S
a cuestas. Todo esto me- currentes -afirmó el vie- cosa, que es de mucho turaleza entera. Y ade-
recía ser tenido en cuen- jo mojón del bosque, que peso y que no debe dejar- más tiene una belleza tal T I I O B P T C L B E
ta. Por eso le dieron el era miembro del colegio se de lado; me refiero a que nos hace a las rosas A H C R M A E R S O D
segundo premio. de árbitros-. Yo procedo lo que llaman «belleza». sonrojarnos y perfumar P O U L I E B R E E G
-También habrían po- siempre con el debido Yo lo he tomado en con- el ambiente. Aquellos en-
dido fijarse en mí -lamen- orden, con reflexión y cir- sideración, observando copetados jueces no pa- L C C E S T A C A M D
tó la golondrina-. Creo cunspección. Siete veces las bellas y desarrolla- recen haberse dado cuen-
que nadie me ha supera- he tenido ya el honor de das orejas de la liebre. ta de todo esto. Si yo fue-
do en velocidad de vuelo formar parte del jurado ¡Da gusto ver lo largas se el rayo de sol, les en-
e impulso. ¿Dónde no he dictaminador, pero has- que son! Me dio la impre- viaría una insolación a
llegado yo? Lejos y cada ta hoy no he logrado im- sión de que me veía a mí todos; aunque lo único
vez más lejos. poner mi criterio. En toda mismo cuando era pe- que conseguiría sería
-Sí, y ahí está su des- distribución he partido queño. Por eso voté en su volverlos locos, y para
gracia -replicó la estaca. siempre de algún hecho favor. esto no necesitan ayuda.
Da usted demasiadas concreto. Cuando el pri- -¡Bah! -exclamó la Mejor es que me calle.
vueltas. Siempre se mar- mer premio, partí del or- mosca-. Yo sólo diré una Tengamos paz en el bos-