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El conejo Pedrín



        VERSIÓN LIBRE  ADAPTADA  DE  CUENTO  INFANTIL  DE  BEATRIX POTTER


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                                                                                                        que estuvo a salvo en su   Lamento tener que
                                                                                                        casa, bajo las raíces del  decir que Pedrín no se sin-
                                                                                                        gran abeto.             tió muy bien aquella no-
                                                                                                           Estaba tan agotado   che. Su madre lo acostó.
                                                                                                        que se dejó caer en el  Le preparó una infusión
                                                                                                        suelo suave y arenoso de  de manzanilla, se la llevó
                                                                                                        la madriguera cerrando  a la cama y se la hizo to-
                                                                                                        los ojos. Su madre esta-  mar. “Una cucharada so-
                                                                                                        ba cocinando y, al verlo  pera antes de acostarse”,
                                                                                                        llegar, se preguntó qué  como decía el médico.
                                                                                                        habría hecho con la        En cambio, Pitusa,
                                                                                                        ropa… ¡Ya era la segun-  Pelusa y Colita de Algo-
                                                                                                        da chaqueta y el segun-  dón cenaron pan, leche
                                                                                                        do par de zapatos que   y moras.-

                                                                                                          Biografía de Beatrix Potter
                                                                                                            Nació en Londres
                                                                                                          el 28 de julio de 1866
                                                                                                          y falleció en Sawrey,
                                                                                                          Lancashire, el 22 de
                                                                                                          diciembre de 1943.
                                                                                                            Fue escritora, ilus-
                                                                                                          tradora, fabulista de
                                                                                                          literatura infantil y
                                                                                                          naturalista, su perso-
                                                                                                          naje más famoso es
                                                                                                          Peter Rabbit (El cone-
           Había una vez cuatro  repollos, pero al verlo  ta. Empezó a levantarlas  orientado. Entonces lle-  jo Pedrín). Su infancia
        conejitos que se llama-  dio un salto y corrió tras  con cuidado una a una y  gó a un estanque donde  en una familia acomo-  su mano. En 1920
        ban Pitusa, Pelusa,     Pedrín blandiendo un    a mirar debajo.         el tío Gregorio llenaba   dada de Londres con   dejó de escribir debi-
        Colita de algodón y     rastrillo y gritando:      De pronto, Pedrín es-  sus regaderas.          periodos de vacacio-  do a la pérdida de vi-
        Pedrín. Vivían con su   ¡Ehh…! ¡Al ladrón, al la-  tornudó:                Una gata blanca mi-    nes en la casa de     sión. En ese tiempo
        madre en una madrigue-  drón!                      —¡a… a… achís!— y    raba fijamente a los pe-  campo de sus ante-    compró una granja de
        ra, bajo las raíces de un  Pedrín se pegó un    el tío Gregorio se lanzó  ces de colores; estaba  pasados la entusias-  ovejas a la que dedi-
        abeto muy grande.       susto terrible. Corrió sin  tras él en el acto.  muy, muy quieta, aun-    mó con la naturaleza.  có los años de su
           Una mañana la ma-    parar por todo el huerto   Trató de detener con  que de vez en cuando       Escribió 23 libros.  adultez junto a su es-
        dre les dijo:           porque no se acordaba   el pie a Pedrín cuando  movía la punta de la cola  Peter Rabbit fue pu-  poso con quien se
           —Bueno, hijitos,     en qué dirección estaba  saltaba por una ventana  como si estuviese viva.  blicado en 1902 y re-  casó a los 47 años. Al
        pueden ir a jugar al bos-  el portón por donde ha-  volcando tres macetas.  Pedrín pensó que sería  cibió altos honores de  fallecer legó todas sus
        que o correr por la vere-  bía entrado. Perdió uno  Pero como la ventana  mejor irse sin hablarle…  la crítica. Durante el  posesiones al National
        da…, pero no se metan   de los zapatos entre las  era demasiado pequeña  ¡Había oído cosas terri-  proceso de publica-  Trust, entre las que se
        en el huerto del tío    coles y el otro entre las  para el señor Gregorio y  bles de los gatos en boca  ción se relaciona con  destacaron 2.000 hec-
        Gregorio, ya saben la   papas. Al encontrarse   como además estaba      de su primo Benjamín!     su editor, pero éste  táreas de tierra y 15
        desgracia que le ocurrió  sin zapatos, Pedrín echó  cansado de perseguir a  Volvió hacia la case-  fallece antes de pedir  granjas.-
        allí a su padre; ¡la tía  a correr a cuatro patas y  Pedrín, se volvió a su tra-  ta, pero de repente oyó
        Gregoria hizo un pastel  así iba tan rápido que  bajo.                  muy cerca el ruido del
        de carne con él! ¡Hala!  creo que hubiera conse-   El conejito se sentó a  azadón —zaca, zaca,
        Vayan ya a jugar y no ha-  guido escapar de no  descansar; estaba sin   zaca— al cavar la tierra.
        gan travesuras. Yo ten-  habérsele enredado los  aliento y temblando de  Pedrín se agazapó bajo
        go que salir.           enormes botones de la   miedo, no tenía ni idea  unas matas. Pero des-
           Entonces la mamá     chaqueta en una red que  de qué camino tomar.   pués de un momento,
        Coneja tomó su cesta y  cubría los groselleros.  Además, estaba muy     como no pasaba nada,
        su paraguas y se fue por  Era una chaqueta azul  mojado por lo de la re-  salió de allí, se encara-
        el bosque a la panadería;  con botones dorados,  gadera.                mó en lo alto de una ca-
        compró una barra de     recién estrenada.          Después de un rato   rretilla y echó una ojea-
        pan y cinco bizcochos      Pedrín se daba ya por  empezó a rondar los al-  da a su alrededor. Lo pri-  A  A  L  L  I  T   E   R   R   A   C
        con pasas.              perdido y derramaba     rededores, sin prisas,  mero que vio fue al tío   S   T   E   A   R   E   D   A   G    E  R
           Pitusa, Pelusa y     grandes lágrimas; pero  dando pequeños saltitos  Gregorio escardando las  O   I  O   O    I   S   A   B   A    R  R
        Colita de Algodón, que  sus sollozos fueron oídos  y mirando a ver qué en-  cebollas. Estaba de es-
        eran unas conejitas muy  por unos simpáticos go-  contraba. Llegó ante  paldas a Pedrín, y más    R   L   N   R   S   R   A   H   A    S  R
        buenas, se fueron por la  rriones que con gran re-  una puerta, pero estaba  allá a lo lejos… ¡el por-  A  O  O  N  O  E  A   R   O    I  A
        vereda a recoger moras.  vuelo se acercaron a él y  cerrada y no había res-  tón!                 J   C   A   T  A    S   I   T   O    F  B
        Pero Pedrín, que era    lo animaban para que    quicio para que un cone-   Pedrín se bajó de la
        muy travieso, se fue de-  hiciese un último esfuer-  jito regordete como él  carretilla sin hacer ruido  A  A  E  A  U  S  I  V   E   M   A
        recho al huerto del tío  zo.                    pudiera pasar por deba-  y empezó a correr a más  P   B   L   T   T   N   U   U   A    R  N
        Gregorio,           y      El tío Gregorio apare-  jo.                  no poder por una senda
        apretujándose mucho…,   ció con una criba con la   Una ratita ya mayor  recta que llevaba a la    A  O    I   L  A    E   Q   L   E    R   I
        ¡logró pasar por debajo  que se proponía atrapar  entraba y salía, subien-  salida, por detrás de  T  P   I   B   I   N   U   U   E   M    T
        del portón!             a Pedrín, pero éste se  do y bajando por el esca-  unas matas de grosellas  N  N  A   R  A    N   G   Q   D    P  O
           Primero comió algo   escabulló justo a tiempo,  lón de piedra, llevando  negras.
        de lechuga, luego       dejando tras de sí la cha-  arvejas y porotos a su fa-  El tío Gregorio lo vio  A  R  R  T  O  I  A   H   A   O   S
        porotos verdes y por úl-  queta.                milia que vivía en el bos-  de reojo, al volver la es-  P  R  S  D  R  G  A   Z   C   H   U
        timo…, se zampó unos       Corriendo a más no   que. Pedrín le preguntó  quina, pero a Pedrín ya  S   E   E   D  N    I   E   R   N    E  C
        rabanitos. Entonces, sin-  poder se metió en la ca-  por dónde quedaba el  no le preocupaba. Se
        tiendo dolor en la tripa  seta de las herramientas  portón, pero ella tenía  deslizó por debajo del  E  R  A  A   T   I   P   R   R   A   H
        de tanto comer, se fue  y de un salto se escondió  una arveja tan grande en  portón y se encontró al  E  M  N  I  R   D   E   P   G   A   M
        en busca de un poco de  en la regadera. Habría  la boca que no pudo con-  fin fuera del huerto, a
        perejil.                sido un buen escondrijo  testarle. Sólo se encogió  salvo en el bosque.
           Pero justo al dar la  si no hubiese sido por el  de hombros.            El tío Gregorio reco-
        vuelta al invernadero de  agua que tenía dentro.   Pedrín se echó a llo-  gió la chaqueta y los za-
        los pepinos, con quién     El tío Gregorio esta-  rar.                  patos de Pedrín e hizo
        fue a toparse sino con el  ba seguro de que Pedrín  Luego intentó encon-  con ellos un espantapá-
        tío Gregorio.           se encontraba en la ca-  trar un camino a través  jaros para asustar a los
           El tío Gregorio esta-  seta: quizás escondido  del huerto, pero cada  mirlos.
        ba de rodillas plantando  debajo de alguna mace-  vez estaba más des-      Pedrín no paró de co-
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