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Bella Flor


           VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  TRADICIONAL DE FERNÁN CABALLERO



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                                                                                                        de afrecho.             que se lo prometió, y dijo
                                                                                                           -¿Lo ves -dijo el caba-  a José que debía morir
                                                                                                        llito- cómo el que hace  frito en aceite.
                                                                                                        bien tarde o temprano      José se fue muy afli-
                                                                                                        recoge el fruto?        gido a la cuadra y contó
                                                                                                           Llegaron al árbol al  al caballo blanco lo que
                                                                                                        que había echado Bella  le pasaba.
                                                                                                        Flor su pañuelo, el que    -No te apures -le dijo
                                                                                                        ondeaba como un bande-  el caballito-; móntate
                                                                                                        rín en una rama de las  sobre mí, correré mucho
                                                                                                        más altas.              y sudaré; úntate tu cuer-
                                                                                                           -¿Cómo he de atrapar  po con mi sudor y déjate
                                                                                                        yo ese pañuelo -dijo    echar en la caldera, que
                                                                                                        José-, si para eso se ne-  no te sucederá nada.
                                                                                                        cesitaría la escalera de   Y así sucedió todo.
                                                                                                        Jacob?                  Cuando salió de la cal-
                                                                                                           -No te apures -res-  dera, estaba hecho un
                                                                                                        pondió el  caballito blan-  mancebo tan bello y ga-
                                                                                                        co-; llama al águila que li-  llardo que todos queda-
                                                                                                        bertaste de las redes del  ron asombrados, y más
                                                                                                        cazador y ella te lo traerá.  que nadie Bella Flor, que
                                                                                                           Y así sucedió. Llegó el  se enamoró de él.
                                                                                                        águila, tomó en su pico el  Entonces el Rey, que
                                                                                                        pañuelo y se lo entregó a  era viejo y feo, al ver lo
                                                                                                        José.                   que le había sucedido a
                                                                                                           Llegaron al río, que ve-  José, creyendo que a él
                                                                                                        nía muy turbio.         le sucedería otro tanto y
                                                                                                           -¿Cómo he de sacar ese  se enamoraría de él Be-
                                                                                                        anillo del fondo de este río  lla Flor, se echó en la
           Había una vez un pa-  do toda su herencia en  hormiguitas.              Entonces dejó caer el  hondo, cuando ni se ve ni  caldera y quedó conver-
        dre que tenía dos hijos;  esa buena obra.          -Pero, ¿para qué? -  afrecho que llevaba al  se sabe el sitio en que  tido en un chicharrón.
        al mayor, José, le tocó la  -Y ahora ¿qué hago? -  dijo José-. Si nosotros los  suelo, que se desperdi-  Bella Flor lo echó? -dijo  Todos entonces pro-
        suerte de soldado y fue  se preguntó a sí mismo-.  necesitamos.         gó, y le dijo a su compa-  José.                clamaron por Rey al
        a América, donde estuvo  Ahora que no tengo que    -Tíraselos -repuso el  ñero que se lo recogiese.  -No te apures -respon-  chambelán, que se casó
        muchos años. Cuando     comer. Me iré a una corte  caballo-, y no te canses  -Allí, donde vamos -  dió el caballito-; llama al  con Bella Flor.
        volvió, su padre había  y me pondré a servir.   nunca de hacer bien.    respondió José-, hay mu-  pececito que salvaste, que  Cuando fue a darle
        muerto y su hermano Flo-   Así lo hizo, entró de   Anduvieron otro tre-  cho afrecho.           él te lo sacará.        gracias por sus buenos
        rencio disfrutaba del   mozo en el palacio del  cho y encontraron a un     Entonces, al pasar      Y así sucedió, el pece-  servicios al que todo se
        caudal y se había hecho  Rey.                   águila que se había en-  bajo un árbol, tiró por  cito se zambulló y salió tan  lo debía, al caballito
        muy rico. José fue a su    Se portó tan bien y el  redado en las redes de  alto su pañuelo, que se  contento, meneando la  blanco, éste le dijo:
        casa y lo encontró bajan-  Rey lo quería tanto, que  un cazador.        quedó prendido en una   cola, con el anillo en la  -Yo soy el alma de
        do la escalera.         lo fue ascendiendo has-    -Apéate -le dijo el ca-  de las ramas más altas y  boca.             aquel infeliz en cuya ayu-
           -¿No me conoces? -le  ta que lo hizo su cham-  ballo-, y corta las mallas  pidió a José que se apea-  José volvió muy satis-  da, enfermedad y entierro
        preguntó.               belán.                  de esa red y libra a ese  se y se subiese al árbol  fecho al palacio pero cuan-  gastaste cuanto tenías, y
           El hermano le contes-   Entre tanto, su des-  pobre animal.          para recogérselo; pero  do le llevaron  las  prendas  al verte tan apurado y en
        tó de mala manera que   castado hermano había      -¿Pero vamos a perder  José le respondió:    a Bella Flor, dijo que no  peligro he venido a mi vez
        no.                     empobrecido y le escri-  el tiempo en eso? -res-   -Allá donde vamos    abriría ni saldría de su  en tu ayuda y a pagarte tus
           Entonces se dio a co-  bió pidiéndole que lo  pondió José.           hay muchos pañuelos.    encierro mientras no frie-  beneficios. Por eso te he
        nocer, y Florencio le dijo  amparase; y como José  -Haz lo que te digo y   Pasaron entonces por  sen en aceite al pícaro  dicho y te lo vuelvo a de-
        que fuese al granero,   era tan bueno, lo ampa-  no te canses nunca de  un río y ella dejó caer en  que la había robado de  cir, que nunca te canses de
        que allí hallaría un arca  ró, pidió al Rey le diese  hacer bien.       él un anillo y le pidió a  su palacio.          hacer bien.-
        que era la herencia que  a su hermano un empleo    Anduvieron otro tre-  José que se apease para
        le había dejado su padre,  en palacio y el Rey se lo  cho y llegaron a un río,  recuperarlo; pero José le
        y siguió su camino sin  concedió.               vieron a un pececito que  respondió que allí don-
        hacerle más caso.          Vino, pues, pero en  se había quedado en     de iban había muchos
           Subió al granero y ha-  lugar de sentir gratitud  seco en la orilla y por más  anillos.
        lló un arca muy vieja. Dijo  hacia José, lo que sentía  que se movía, con peligro  Llegaron por fin al
        para sí:                era envidia al verlo pre-  de muerte, no podía vol-  palacio del Rey, que se
           -¿Para qué me puede  ferido del Rey, y se pro-  ver a la corriente.  puso muy contento al ver
        a mí servir este desven-  puso perderlo. Para eso,  -Bájate -dijo a José el  a su amada Bella Flor;
        cijado arcón? ¡Pero segu-  sabiendo que el Rey es-  caballo blanco-, recoge  pero ella se metió en un
        ro! Me servirá para hacer  taba enamorado de la  ese pobre pececito y   aposento en el que se
        una hoguera y calentar-  princesa Bella Flor, y que  échalo al agua.    encerró sin querer abrir
        me, que hace mucho frío.  ella, como el Rey era vie-  -Pero si no tenemos  a nadie.
           Cargó con él y se fue a  jo y feo, no lo quería y se  tiempo de entretenernos  El Rey le suplicó que  A  L  E  E  R  A  S  N   A   M A
        su mesón, donde tomó    había ocultado en un pa-  -contesto José.       abriese pero ella dijo
        un hacha y se puso a ha-  lacio, nadie sabía dónde,  -Siempre hay tiempo  que no abriría hasta que  O  B  A  N    D   E   R   I   N   N A
        cer pedazos el arcón y de  Florencio  fue y le dijo al  para hacer una buena  le trajesen las tres cosas
        un cajón oculto que tenía  Rey que José sabía dón-  obra -respondió el caba-  que había perdido por el  A  C  O  O  T  I  C   E   C   E   P
        cayó un papel. Lo recogió  de estaba la Bella Flor y  llo blanco-, y nunca te  camino.            E   S  O    J   L   A   G   U   I   L   A
        y vio que era la escritura  correspondía con ella.  canses de hacer bien.  -No hay más remedio,
        de una crecida cantidad  Entonces el Rey, muy ai-  A poco llegaron a un  José -le dijo el Rey-, sino  OM  O  N    O   L   E   G   A   I   I
        que adeudaban a su pa-  rado, mandó presentarse  castillo metido en una  que tú, que sabes las que
        dre. La cobró y se hizo  a José y le dijo que fuese  selva sombría y vieron a  son, vayas por ellas, y si  I  R  A  C  R  O  A  H  A  S   O
        muy rico.               al momento a traerle la  la princesa Bella Flor,  no las traes, te mando  C   N   A  N    T   M   I   B   R   O   R
           Un día que iba por la  princesa Bella Flor y que  que estaba echando afre-  ahorcar.
        calle encontró a una mu-  si volvía sin ella lo man-  cho a sus gallinas.  El pobre José se fue   N   S  O    R   C   U   A   O   A   H   E
        jer que estaba llorando  daría ahorcar.            -Atiende -le dijo a  muy afligido a contárse-
        amargamente; le pregun-    El pobre, desconsola-  José el caballo blanco-;  lo al caballito blanco, el  E  A  E  R  E  E  L   I   E   C   U
        tó qué le sucedía y ella le  do, se fue a la cuadra  ahora voy a dar muchos  que le dijo:         R   C   L  U    R   F   B   R   A   N G
        contestó que su marido  para tomar un caballo e  saltitos y hacer piruetas,  -No te apures; monta
        estaba muy mal y que no  irse por esos mundos, sin  y esto le hará gracia a  sobre mí y vamos a bus-  O  N  R  E  A   A   E   O   D   I   I
        sólo no tenía para curarlo  saber por dónde buscar  Bella Flor; te dirá que  carlas.
        sino que se lo quería lle-  para encontrar a Bella  quiere montar un rato y  Se pusieron en cami-  L  I   R   L   B   N   H   H   R   L   M
        var a la cárcel un acreedor,  Flor. Vio entonces un ca-  tú la dejarás que monte;  no y llegaron al hormi-  F  R  L  D  C  M  A  C  C  E  R
        al que no podía pagar lo  ballo blanco, muy viejo y  entonces yo me pondré a  guero.
        que le debía.           flaco, que le dijo:     dar coces y relinchos; se  -¿Quisieras tener el   A   E   L   I   N   I   A   R   I   R O
           -No se apure usted -    -Tómame a mí, y no   asustará y tú la dirás en-  afrecho? -preguntó el ca-
        le dijo José-. No llevarán  tengas cuidado.     tonces que eso es porque  ballo.                  B   E   A  A    T   I   P   H   R   H   H
        a su marido a la cárcel ni  José se quedó asom-  no estoy hecho a que me   -¿No había de querer?  B   A   I  D    I   V   N   E   C   A   C
        venderán lo que tiene,  brado de oír hablar un  monten las mujeres, y   -contestó José.
        que yo le pagaré sus    caballo; pero montó en él  montándome  tú  me      -Pues llama a las hor-
        deudas, le costearé su  y echaron a andar llevan-  amansaré y saldré a es-  miguitas y diles que te lo
        enfermedad y su entie-  do tres panes que le dijo  cape hasta llegar al pa-  traigan, que si aquel se ha
        rro, si se muere.       el caballo que recogiese.  lacio del Rey.       desperdigado te traerán
           Y así lo hizo todo. Pero  Después que hubieron  Todo sucedió tal cual  el que han sacado de los
        se encontró que cuando  andado un buen trecho, se  lo había dicho el caballo,  panes de munición, que
        el pobre se hubo muer-  encontraron un hormigue-  y sólo entonces conoció  no habrá sido poco.
        to, después de pagado el  ro, y el caballo le dijo:  Bella Flor la intención de  Y así sucedió; las hor-
        entierro, no le quedaba    -Tira ahí esos tres pa-  robarla que había traído  miguitas, agradecidas a
        un real, habiendo gasta-  nes para que coman las  el jinete.            él, acudieron y le pusie-
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