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El bosque de los dos vientos
B A S A D O E N L E Y E N D A A N Ó N I M A D E L O S P U E B L O S A N D I N O S
blo, que siempre res- Severo, lo que generó
petó, las visitas eran una confianza tal que
durante las horas de la llevó a graduarse
luz natural. con honores y a vivir
Incluso en la uni- una vida plena.
versidad, los profeso-
res que accidental- Mensaje. A veces,
mente la descubrieron las respuestas que
seguían admirados la buscamos están den-
búsqueda de la niña, tro de nosotros. Solo
ya crecida, pero man- necesitamos escuchar
teniendo el espíritu con el corazón, como
aventurero y la fe en enseñan los árboles y
los recuerdos de don los sabios.
Lo pasado ha huido,
lo que esperas está ausente,
pero el presente es tuyo.
En las cercanías de embargo, Huayrapuca atrevía a adentrarse camino, se sorprendió Proverbio árabe
un pequeño pueblo ro- también había queda- demasiado, pues tam- con los animales que
deado de montañas do cautivado por la bién se rumoreaba veía, de lo amigables
cerca de la cordillera belleza de Millaray y, que el bosque estaba que resultaron y cómo La posibilidad de realizar
de los Andes, existía en un arrebato de ce- encantado y todos de alguna manera la
un monte misterioso. los, decidió acabar con creían en que el en- guiaban hasta donde un sueño es lo que hace la vida
Los mayores lo llama- IntyAntü. cantamiento era muy ella no llegaba a com- interesante.
ban el Bosque de los Un día, mientras el peligroso, solo lo cru- prender. Y así llegó a un Paulo Coelho
dos vientos. cazador subía la mon- zaban si era imprescin- claro donde un tercer
Allí aseguran que se taña, Huayrapuca de- dible y lo hacían du- árbol, Flor de Luna, bri-
juntan dos vientos te- sató su furia: una tor- rante el día. llaba con una luz pla-
midos en la región, se menta de nieve y vien- Lucía, una joven teada. Este árbol le dijo: El verdadero amor es como
conocen como el Zon- to cubrió todo a su curiosa y valiente, —Tu abuelo tenía los espíritus: todos hablan
da y el Blanco. paso, atrapando a Int- siempre recordaba las razón. La vida es como de ellos, pero pocos los han visto.
El primero es un yAntü en la ventisca. palabras de su abuelo, un bosque: las som- François de La Rochefoucauld
viento caliente que so- La joven Millaray, al don Severo: bras son lecciones, y
pla bajando los picos ver que su amado no —La vida es como la luz es la sabiduría
con un sonido atrona- regresaba, desafió la un bosque, Lucía. A que encuentras al su-
dor que a su paso deja tempestad y subió en veces el camino es os- perarlas.
los viñedos mustios. su búsqueda. Pero curo y lleno de som- Lucía cerró los ojos
Según la leyenda, este cuando finalmente lo bras, pero si escuchas y recordó los consejos
viento repentino fue encontró, el frío los con el corazón, encon- de su abuelo Severo.
creado por la Pacha- envolvió a ambos, con- trarás la luz que te guíe. Recordó cómo él le
mama para castigar a gelándolos para siem- Un día, decidió ex- enseñó a escuchar no
un joven indio que pre- pre en la nieve. plorar el bosque para solo con los oídos, sino
tendía tutear a los dio- Desde entonces, la descubrir la verdad con el alma. Cuando
ses. Sin embargo, el leyenda dice que cuan- detrás de los susurros. abrió los ojos, el bos-
viento blanco es un fe- do el viento blanco gol- Con una linterna y un que parecía diferente: A L E N I S N E C O B
nómeno que ocurre en pea la cordillera, es el cuaderno caminó en- los árboles brillaban MA L L I M E S A O A
la alta montaña, carac- llanto de Millaray bus- tre los árboles gigan- con una luz dorada, y A I A I C U L D S R N
terizado por ráfagas cando a su amado, tes, escuchando aten- los susurros ahora I F L R B A A Q N E O
frías y nevadas inten- mientras que Huayra- tamente. De repente, eran canciones de es-
sas que reducen la vi- puca, aún celoso, los un árbol anciano con peranza. A S O L D O U G A A R
sibilidad. mantiene atrapados en ramas retorcidas y ho- Al salir del bosque, I A O N A E I S A A E
Cuenta otra leyen- la tormenta. jas doradas le habló. Se Lucía sintió que lleva- C N O D T R O D C O D
da que, hace mucho Los antiguos pobla- llamaba Viejo Roble. ba consigo un pedazo N Z A R A T A U O C N
tiempo, en lo más alto dores decían que quie- —Lucía, has venido de aquel lugar mági-
de los Andes, vivía Hua- nes se aventuran en la buscando respuestas, co. Desde entonces, E N E B N R P Y O N E
yrapuca, el espíritu del montaña deben respe- pero las respuestas ya visitaba el bosque D C O E A A I A A A R
viento furioso. Huayra- tar la furia del viento están en ti —dijo Roble cada vez que necesi- I N I Z R R I M D L P
puca era un ser impla- blanco, pues es un re- con voz grave y calma- taba guía, y los árbo- S V R Y A N R H D B M
cable que castigaba cordatorio de esta trá- da—. El bosque es un les siempre le mostra-
con ráfagas heladas a gica historia de amor y espejo de tu corazón. ban el camino. Y cuan- E R A D E R A U C A O
quienes se atrevían a celos. Ella se detuvo, sor- do debía viajar lejos de R U E E N I O R S E C
desafiar las alturas. Pero nuestra histo- prendida. Más adelan- su pueblo procuraba H O R E V E S C R U H
En un valle al pie de ria cuenta que esos te, otro árbol, más jo- obtener los sabios P U T N A Y T N I A S
la montaña vivía la jo- vientos suelen juntar- ven y esbelto, llama- consejos de los bos-
ven Millaray, que es- se según los habitan- do Savia Fresca, le su- ques cercanos a su re-
taba enamorada de un tes en ese monte y, si surró: sidencia temporal y se
valiente cazador lla- escuchabas con aten- —No temas. Cada sentía más confiada
mado IntyAntü, quien ción, los árboles te su- paso que das es una aunque no conociese
recorría los cerros en surraban secretos del semilla que crecerá en el lugar.
busca de alimento pasado y del futuro. tu futuro. Pero de acuerdo a
para su pueblo. Sin Sin embargo, nadie se Lucía continuó su las creencias del pue-