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          ALBERTO CAJAL

           Había una vez tres
        monos que vivían en un
        bosque con grandes ár-
        boles e innumerables
        ríos. El mayor se llama-
        ba Nucnuc y era el más
        mandón, al segundo de
        los monos lo conocían
        como Añiac y era gordo,
        mientras que el más pe-
        queño respondía al nom-
        bre de Elui y era el más                                                                                              Siempre mirando al sol
        travieso.                                                                                                                y no soy un caracol.
           Nucnuc, Añiac y Elui
        eran tres amigos inse-                                                                                                     Giro y giro sin fin
        parables. Juntos iban de
        aventuras por los luga-                                                                                                 y no soy un bailarín.
        res más lejanos y peli-                                                                                                  EL GIRASOL  ¿Quién soy?
        grosos del bosque. Los
        tres monos con frecuen-
        cia ponían su vida en
        peligro sin importarles
        las consecuencias.                                                                                                 En la tierra te sembraron,
           Cierto día, Elui estu-                                                                                               las aves te desearon,
        vo a punto de ser mordi-
        do por una serpiente ve-                                                                                            cuando estuviste dorado
        nenosa al tratar de pi-
        sarle su cascabel. Lue-                                                                                             los hombres te segaron.
        go, Nucnuc casi fue atra-                                                                                           EL TRIGO      ¿Qué es?
        pado por las garras de
        un león cuando lo mo-
        lestaba mientras éste
        dormía. Añiac no fue la                                                                                    De mi tronco herido sacan
        excepción, de milagro
        escapó de un lobo feroz                                                                                    la resina. En las piñas
        al que intentó quitarle
        su almuerzo.            irrespetuosos y sus bro-  casi todo el día trepándo-  el río, cuando llegaron a  guardo todas mis semillas.
           La vida de los tres  mas eran muy pesadas.   se entre las ramas de los  la mitad se dieron cuen-  ¿Quién soy?
        amigos transcurría en-     Un día, Nucnuc, Elui  árboles más elevados,  ta que la soga estaba a
        tre travesuras, desobe-  y Añiac decidieron em-  comieron todo tipo de fru-  punto de cortarse.                                EL PINO
        diencia y rebeldía. Aun-  prender una nueva     tas y semillas y desde las  El peso de los tres
        que los monos mayores   aventura. Se fueron ha-  alturas molestaban con  monos terminó por ha-
        los aconsejaban para que  cia la zona más alejada,  sus burlas a los otros ani-  cer que la cuerda se
        se quedaran quietos y   densa y peligrosa del   males que allí vivían. Des-  rompiera. Inevitable-                    Verde soy, verde seré,
        evitaran momentos des-  bosque. Allí los árboles  pués regresaron a su há-  mente, los desobedien-
        agradables, ellos no les  eran mucho más altos y  bitat, pero con la inten-  tes animales cayeron a               no me toques que te picaré.
        hacían caso, siempre ha-  frondosos, los ríos más  ción de volver.      las profundas aguas y                                 ¿Quién soy?
        cían lo que querían.    caudalosos y profundos     Los tres desobedien-  fueron arrastrados por
           Los otros animales   y el peligro estaba a la  tes monos contaron sus  la corriente.
        del bosque se mante-    orden del día.          vivencias a sus parien-    Aunque    tuvieron                                             LA ORTIGA
        nían alejados, puesto      Los tres amigos llega-  tes, quienes de nuevo  suerte y fueron rescata-
        que los tres monos eran  ron al lugar y pasaron  les aconsejaron portar-  dos luego de varios gol-
                                                        se mejor y mantenerse   pes entre las piedras del
                                                        alejados de los peligros.  torrentoso río, nunca ol-       Soy redonda y no tengo pies.
                                                        En respuesta, los ami-  vidaron lo feo que se              ¡Y cuánto me cuesta
                                                        gos soltaron una fuerte  siente cuando la corrien-
                                                        carcajada al unísono.   te te arrastra, ni los ojos        dejar de rodar!
                                                           Llegó el día espera-  del león que se lanzaba                ¿Quién soy?
                                                        do por los monos, el de  sobre ellos justo cuando
                                                        regresar a las lejanías  desde la maleza los gri-
                                                        del bosque. Salieron    tos de sus mayores lo                            LA PELOTA
                                                        apenas despuntó el sol  espantaron.
                                                        sin que nadie se diera     Moraleja: la desobe-
                                                        cuenta.                 diencia  lleva a hacer im-
                                                           Una vez en el lugar,  prudencias que pueden
                                                        Nucnuc, Añiac y Elui se  poner en peligro la vida.
                                                        treparon al árbol más   Es importante escuchar los
                                                        alto y desde allí divisa-  consejos de los mayores
                                                        ron una cuerda que atra-  para evitar errores.-
                                                        vesaba el caudaloso río.
                                                        Se miraron entre sí y
                                                        bajaron rápidamente           Del autor
                                                        hasta llegar a la orilla     Alfredo Cajal
                                                        del río.                 es mexicano y maes-
                                                           Sin decir una pala-    tro contemporáneo.
                                                        bra, los tres amigos se   Recopila fábulas, es
                                                        subieron a la cuerda y     redactor  freelance.
                                                        comenzaron a atravesar
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