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Viernes 8 de Mayo de 2020
P O R E S O P O
Érase una vez un retumbó a sus espal-
joven ciervo que vivía das. Sin echar la vista
plácidamente en lo atrás, empezó a co-
más profundo de un rrer hacia la llanura
frondoso bosque. La como alma que lleva
historia cuenta que el diablo.
una tarde de muchísi- Gracias a que do-
mo calor, comió unos minaba a la perfec-
cuantos brotes tiernos ción la carrera en cam-
que había en un ar- po abierto y a que sus
busto y después salió patas eran largas y
a dar un paseo. ágiles, consiguió sa-
El sol achicharraba car una gran ventaja
sin compasión y de al felino. Cuando es-
pronto se sintió ago- tuvo lo suficientemen-
biado por la sed. Olfa- te lejos, se metió de
teó un poco el aire nuevo en el bosque a
para localizar el ma- toda velocidad.
nantial más cercano y ¡Qué gran error co-
se fue hasta él cami- metió el cérvido! La
nando despacito. Una que parecía una zona
vez allí, bebió agua segura se convirtió en
fresca a grandes sor- una gran trampa para
bos. él ¿Sabes por qué?
–¡Qué delicia! ¡No Pues porque sin darse
hay nada mejor que cuenta pasó bajo una
meter el hocico en el arboleda muy densa y
agüita fría los días de su enorme cornamen-
verano! ta se quedó prendida do, su pensamiento das pero que son fan-
Cuando terminó de en las ramas más ba- era muy diferente. tásticas y merece la
refrescarse cayó en la jas. – ¡Qué equivocado pena conocer.
cuenta de que el agua Angustiado, co- estaba! Me quejaba de En la vida hay que
transparente del ma- menzó a moverse mis patas larguiru- evitar caer en la tram-
nantial le devolvía su como un loco para chas y flacas pero gra- pa de valorar a las
propia imagen. Por lo poder desenganchar- cias a ellas pude sal- cosas o a las personas
general solía beber en se. Su intuición le de- var el pellejo; en cam- por el aspecto, ya que
pequeños charcos no cía que el león no an- bio, mi preciosa cor- como has visto en este
demasiado limpios, daba muy lejos y su namenta, de la que cuento, las aparien-
así que nunca había desesperación fue tan orgulloso me sen- cias pueden engañar.
tenido la oportunidad yendo en aumento. tía, casi me lleva a la
de contemplar su fi- –¡Oh, no puede muerte.
gura con claridad. ser! ¡O consigo sol- Entonces, con hu- Del autor ESOPO
¡La sensación de tarme o no tengo sal- mildad, admitió algo
verse reflejado en ese vación! que jamás había teni- (620 A.C.-560 A.C.) Esopo nació en Amerium,
gran espejo le encan- No se equivocaba do en cuenta. una localidad cercana a Frigia (Asia Menor), sobre el
tó! Se miró detenida- en absoluto: por su – Hoy he aprendi- año 620 A. C. Vivió como esclavo del filósofo Janto y
mente desde todos los derecha, el león se do una gran lección: posteriormente de Jadmon hasta que consiguió su
ángulos posibles y aproximaba sin con- en la vida, muchas libertad, comenzando su faceta de fabulista con la
sonrió con satisfac- templaciones. Pensó veces valoramos las ayuda del rey de Lidia, Creso, quien le cobijó en su
ción. Como la mayo- que tenía una única cosas menos impor- dominio y con quien trabajó en diferentes misiones
ría de los venados, era oportunidad y tenía tantes. A partir de diplomáticas. Cuando estaba realizando una de ellas,
un animal muy her- que aprovecharla. hoy, no me dejaré en- transportando oro para distribuirlo entre los ciudada-
moso, de suave pela- –¡Ahora o nunca! gañar por las aparien- nos de Delfos, fue asesinado.
je pardo y cuello esti- Aspiró profunda- cias. Sus escritos generalmente utilizan animales con Esopo. Retrato de Diego Ve-
lizado. mente e hizo un mo- características psicológicas humanas, a través de la lázquez (1599 Sevilla -1660
–¡La verdad es que vimiento fuerte y seco Moraleja. A veces sátira y la crítica a las normas morales representó la Madrid). Óleo sobre lienzo,
soy bastante más gua- con la cabeza. Se po- entregamos nuestro ética de los personajes y la colectividad de su tiempo, 179x94 cm, hacia 1638. Mu-
po de lo que pensaba! día haber roto el cue- corazón a personas exponiendo a la mayoría de los estamentos políticos seo del Prado. Sala 015.
¡Y qué astas tan in- llo del tirón, pero por que nos deslumbran y sociales, en especial a Pisístrato, tirano de Atenas.
creíbles tengo! Sin suerte, el plan funcio- pero que a la hora de Sobre la difusión en su tiempo y en el correr de los siglos de las fábulas, se
duda es la cornamen- nó: las ramas se par- la verdad no son tan pueden escribir libros, así como de quienes siguieron su estilo.
ta más bella que hay tieron y quedó libre. geniales y nos fallan; Las fábulas de Esopo fueron recopiladas en la Edad Media por el monje
por los alrededores. –¡Lo conseguí! ¡Lo al contrario, sucede Planudes Maximuses y sus legaciones morales permanecen vigentes a pesar del
El ciervo, presumi- conseguí! ¡Ahora ten- que a veces ignora- paso del tiempo, influyendo a Babrio, Fedro, Jean de La Fontaine, Félix María
do, observó su cabe- go que largarme de mos a otras que pa- Samaniego, Tomás de Iriarte o Gotthold Ephraim Lessing.
za durante buen rato; este bosque como san más desapercibi-
después se inclinó un sea!
poco y posó la mirada Corrió de nuevo ha-
sobre el reflejo de sus cia la llanura, donde
patas, debiluchas y no había árboles y
finas como cuatro jun- esta vez sí, se perdió
cos sobre un arroyo. en la lejanía. Cuando
Un tanto decepciona- el león salió del bos-
do, suspiró. que y apareció en el
–Con lo grande y claro, el único rastro Había una vez un hombre tan pequeño que
poderosa que es mi que quedaba del cier- se subió encima de una bolita, ¿sabes qué dijo? El roer es mi trabajo,
cornamenta ¿cómo es vo era el polvo blan- ¡El mundo es mío! el queso mi aperitivo
posible que mis zan- quecino levantado du- y el gato ha sido siempre
cas sean tan escuáli- rante la huida. El león
das? Parece que se gruñó y regresó junto El profesor le pregunta a Esteban: mi más temido enemigo.
van a romper de un a la manada. - Dime una palabra que empiece con D. ¿Quién soy?
momento a otro de lo Mientras, el ciervo, - ¡Ayer! EL RATON
largas y delgadas que muy lejos de allí, se - Ayer no empieza por D.
son ¡Ay, si pudiera sentía muy feliz. ¡Se
cambiarlas por las había salvado por los - ¿Cómo que no? Ayer era domingo. LA ABEJA
gordas y robustas pa- pelos! Jadeando y
tas de un león! muerto de sed, buscó Le pregunta la profesora a Benicio: Aunque no soy florista,
Estaba tan fascina- otro manantial de - ¿Con qué mató David a Goliat?
do mirando su cuerpo aguas frescas y lo en- trabajo con flores y
que no se dio cuenta contró. Cuando termi- - Con una moto. el hombre disfruta
de que un león lo vigi- nó de beber, se quedó - ¿Seguro, Benicio? Recapacita, ¿no será con
laba escondido entre mirando su cara y su una honda? el fruto de mis labores.
la maleza hasta que cuerpo, pero ahora, - ¡Ah! ¿Había que decir la marca también? ¿Quién soy?
un espantoso rugido después de lo sucedi-