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Viernes 29 de Abril de 2022
El koala que salvó al bosque
ADAPTACIÓN LIBRE DE CUENTO DE BOSQUE DE FANTASÍAS
Con tomate y con lechuga,
en el plato puedo estar;
soy algo picante y hago llorar.
¿Quién soy? LA CEBOLLA
Aunque no es persona
usa sombrero y al dejar
de llover sale primero.
¿Quién es? EL CHAMPIGNON
Somos bolitas redondas,
oscuras y todo el jugo
nos sacan.
¿Quiénes
somos? LAS UVAS
Kikú nunca había vis- ba. Y hacía días que la podía ver. tes, dispuestos también
to a su mamá con un ros- mamá de Kikú no podía Aquellos humanos a ayudar.
tro tan triste. Es verdad ir a buscar hojas de eu- gritaban desconsolados La conexión entre los
que ella casi siempre se calipto que recogía fren- por el fuego mirando al elefantes fue tan asom- Caminar es su destino,
hacía la fuerte con tal de te al gran arroyo para bosque, y lloraban tanto brosa que consiguieron
que su familia estuviera beber agua. o más que la mamá de soplar y soplar con sus yendo de casa en casa, de
sana, salva y feliz, pero Kikú, que temía por Kikú. Al ver las llamas, el trompas, tan fuerte, que su bolsa saca paquetes y cartas.
aquel día era distinto. Su los suyos y por los demás pequeño koala solo pudo hasta la última de las
mirada presagiaba que animales de su querido pensar que había dejado ballenas de la tierra es- EL CARTERO
todos debían estar en pe- bosque, estaba conven- solita y triste a su mamá, cuchó su llamada. Todas ¿Quién es?
ligro, porque la mamá de cido de que los humanos y se revolvía intentando nadaron entonces lo
Kikú no podía contener podían tener la respues- escapar de los brazos de más rápido posible has-
las lágrimas. ta a qué era lo que ocu- aquellos amables huma- ta la tierra de Kikú, dis-
Kikú, que era uno de rría. Tal vez sabrían cómo nos, que no le soltaban. puestas a escupir litros y
los koalas más inteligen- su mamá podía volver a Entonces, como movida litros de agua lo suficien-
tes del mundo, tuvo en- buscar sus ricas hojas de por un rayo invisible de temente alto como para
tonces la sensación de eucalipto y así todo esta- sol, una mariposa mo- apagar hasta la última
que debía ayudar a su ría mejor y ya no lloraría. narca se posó sobre las de las llamas.
mamá a secar aquellas A la salida del bos- mejillas de Kikú, por las Así lo hicieron, y tras
lágrimas, como hacía que, cuando los árboles que resbalaban ya las lá- duro trabajo y esfuerzo
siempre ella cuando él lo y la hierba se interrum- grimas, y con su larga consiguieron que el fue-
necesitaba. Entonces, ni pían y daban paso a una trompa pudo averiguar go dejase de asolar el
corto ni perezoso, Kikú gigante y dura lengua de qué dolor profundo bosque de Kikú, que por
abandonó su casa en el gris, Kikú divisó a un gru- venían aquellas saladas fin quedó en calma y con
bosque, situada sobre la po de jóvenes humanos gotas mientras las sabo- su mamá y el resto de los
copa de un gran árbol, que corrieron hacia él, reaba. animales a salvo. Los hu-
para adentrarse en el tan pronto lo vieron. Poco tiempo tardó la manos, una vez seguros
pueblo de los humanos. ¡Tiene hasta las pes- mariposa en emprender de que el fuego había
En su tierra, Austra- tañitas quemadas! –dijo el vuelo y en comunicar- terminado, dieron un
lia, muchas veces hacía uno. se con sus hermanas, tras fuerte abrazo de despe-
mucho calor, pero aho- ¡Seguro que tiene susurrarle unas breves dida a Kikú, que estaba
ra todo era muy diferen- sed! ¡Ayuda! –dijo otra, palabras de consuelo a agradecido pero ansioso
te. Muchos animales ge- mientras tomaba a Kikú Kikú. Todas fueron po- por volver junto a su
mían y corrían despavo- y lo cubría con una man- niéndose en marcha mamá y por empezar a
ridos de un lado a otro tita húmeda. para ayudar al pequeño trabajar para curar las
del bosque y se rumo- Es cierto que la koala y a todos los de- heridas del bosque.
reaba que muchos más mamá de Kikú le había más animales y seres vi- El pequeño koala no
vecinos estaban per- dicho muchas veces que vos del bosque. emprendió solo el viaje
diendo su hogar a causa debía protegerse de Unas mariposas vola- de vuelta, porque junto a
de un terrible fuego, in- aquellos humanos, por- ron algunos metros para él volaba la mariposa
cluso los canguros, que que nunca se sabía… comunicarse con las ba- monarca que se había
siempre podían escapar pero a Kikú aquella gen- llenas de la playa; otras posado sobre una de sus
de todo dando increíbles te le pareció tan amable fueron algo más allá para mejillas, dispuesta a cus-
saltos. Por eso ya no ha- que no rechistó, se dejó absorber agua de todos todiarle todo el camino
cía solo calor, porque el llevar y disfrutó por un los eucaliptos cercanos; en señal de agradeci-
aire que venía de la zona momento del agua fres- las más aventureras re- miento por su decisión y
más profunda del bos- ca que le servían como corrieron más de 3.000 su gran arrojo. Kikú, con
que llegaba con tanta en unos tubos de bambú kilómetros para hablar su llamada de auxilio,
fuerza que casi ahoga- por los que incluso se con un sinfín de elefan- había salvado el bosque.