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                 Leyenda de las orejas de los conejos


                          ADAPTACIÓN LIBRE DE ANTIGUA LEYENDA MEXICANA


                                                                                                        hagas daño a los otros     Al día siguiente, vio
                                                                                                        animales sin quererlo.  al león que estaba vi-
                                                                                                        Por eso voy a hacer     sitando a la lechuza.
                                                                                                        grandes solamente tus   Amadeo esperó hasta
                                                                                                        orejas. Así puedes oír  que Maruja reparó en
                                                                                                        mejor y eso es muy útil  su presencia para agra-
                                                                                                        cuando tus enemigos     decerle y mostrarle
                                                                                                        estén cerca.            sus orejas.
                                                                                                           El dios tocó las pe-    La lechuza le dijo al
                                                                                                        queñas orejas del co-   conejo:
                                                                                                        nejo y como por arte       -Buenos días, ami-
                                                                                                        de magia, se volvieron  go mío. Eres muy her-
                                                                                                        más grandes. El conejo  moso. Y para ti es me-
                                                                                                        no tuvo tiempo de de-   jor tener las orejas
                                                                                                        cir nada, ni una pala-  grandes que el cuerpo
                                                                                                        bra.                    grande.
                                                                                                           -Mil gracias, buen      Con mucha digni-
                                                                                                        dios. Usted es sabio y  dad, el león afirmó:
                                                                                                        amable. Ahora estoy        -La lechuza Maruja
                                                                                                        muy feliz -expresó. Y   tiene razón.
                                                                                                        fue saltando por los       Y desde aquel día el
                                                                                                        campos con las pie-     conejo Amadeo vivió
                                                                                                        les que devolvió a      muy contento con su
                                                                                                        sus amigos con grati-   cuerpo pequeño y sus
                                                                                                        tud.                    orejas grandes.





           En un tiempo, hace   conejo. Y fue saltando  pudiera decir la ver-   mañana siguiente,
        muchos miles de años,   hacia la colina donde   dad.                    Amadeo fue despacio,
        el conejo tenía las ore-  vivía el dios.           -Sí, sí -contestó rá-  muy despacio, con las
        jas muy pequeñas, tan      -Buenos días. ¿Cómo  pidamente el conejo.    pieles pesadas ante el
        pequeñas como las       estás? -saludó  el dios    -¡Ay, qué gran ho-   dios de los animales.               El dinero se va y viene,
        orejas de un gatito.    de los animales cuando  nor para mí! Aquí la tie-  -Aquí estoy con las                 pero el tiempo ido
           El conejo Amadeo     vio al conejito.        nes.                    pieles -se presentó
        estaba contento con        -Buenos días, se-       Con la piel del co-  muy feliz.                                  no vuelve.
        sus orejas, pero no con  ñor. Estoy triste por-  codrilo, el conejo visi-  El dios estaba sor-
        el tamaño de su cuer-   que soy tan pequeño.    tó al mono y a la cule-  prendido. Pensó: "¡Qué
        po. Él quería ser gran-    Su majestad, ¿po-    bra. Cada amigo le dio  astuto es este conejito!"            Cuando el gato mucho
        de, tan grande como el  dría hacerme grande,    al conejo su piel para  Pero en voz alta dijo:
        lobo o el coyote o el   muy grande?             la fiesta.                 -Si te hago más                  se lava, cerca está el agua.
        león. Un día, cuando       -¿Por qué quieres       Muy temprano a la    grande, puede ser que
        iba saltando por los    ser grande? -preguntó
        campos, Amadeo vio al   el dios con una sonri-
        león, rey de los anima-  sa.
        les, cerca del bosque.     -Si soy grande, al-
           -¡Qué grande y her-  gún día yo, en vez del
        moso es! -pensó Ama-    león, puedo ser rey de
        deo. -Y yo soy tan pe-  los animales.
        queño y feo.               -Muy bien, pero pri-
           El conejo estaba     mero tienes que hacer                                                                 Distintas cerraduras
        tan triste que se sentó  tres cosas difíciles. En-                                                               se deben abrir
        debajo de un árbol y    tonces voy a decidir si
        comenzó a llorar amar-  debo hacerte más gran-                                                               con diferentes llaves
        gamente.                de o no.
           -¿Qué tienes, cone-     -¿Qué tengo que
        jito? ¿Por qué lloras? -  hacer?
        preguntó la lechuza        -Mañana tienes que                                                                 Debes ingresar a la
        Maruja que vivía en el  traerme la piel de un                                                               guarida del tigre para
        árbol.                  cocodrilo, de un mono
           -Lloro porque quie-  y de una culebra.                                                                  atrapar a sus cachorros
        ro ser grande, muy         -Muy bien, señor.
        grande -explicó Ama-    Hasta mañana.
        deo.                       El conejo Amadeo                                                                 Las mujeres sostienen
           Maruja era un ave    estaba alegre. Fue sal-
        sabia. Cerró los ojos   tando, saltando hacia                                                                  la mitad del cielo
        por dos o tres minutos  el río donde vio a su                                                                    Mao Tse Tung
        para pensar en el pro-  amigo, el pequeño co-
        blema y luego dijo:     codrilo.
           -Conejito, debes vi-    -Amigo cocodrilo,
        sitar al dios de los ani-  ¿podrías prestarme tu                                                              Un caballo ciego
        males. Creo que él      piel elegante hasta
        puede hacerte más       mañana? La necesito                                                                   siempre se asusta
        grande.                 para ...                                                                              a sí mismo
           -Mil gracias, lechu-    -Para una fiesta,
        za sabia. Voy a visitar-  ¿no? -dijo el cocodrilo
        lo ahora - respondió el  antes de que el conejo
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