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                                                                  Viernes 28 de Julio de 2023
                Así le salieron las manchas al leopardo



                           VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  DE RUDYARD  KIPLING




                                                                                                        luz del día no puedo ver-  con algún toque mora-
                                                                                                        te?                     do y destellos azul oscu-
                                                                                                           –Muy fácil -respon-  ro. Así se pudo esconder
                                                                                                        dió la cebra- Porque ya  bien entre las diferentes
                                                                                                        no estamos en la Mese-  sombras y los huecos de
                                                                                                        ta Alta.                los árboles.
                                                                                                           –¿Pero cómo has de-     –¿Y qué debo hacer
                                                                                                        jado de ser una cebra y  yo? -preguntó el leopar-
                                                                                                        te has convertido en un  do.
                                                                                                        animal tan extraño?        –Yo creo que tam-
                                                                                                           –Si nos dejas, te lo  bién deberías seguir el
                                                                                                        explicamos -ofreció la  consejo de Baviaan… A
                                                                                                        cebra.                  ti te dijo que mudaras
                                                                                                           El leopardo y el etío-  de puntos. Te haré man-
                                                                                                        pe soltaron a sus presas.  chas pequeñas con mis
                                                                                                        La cebra se fue hacia un  dedos… Ahora que los
                                                                                                        lugar donde las sombras  tengo negros, te queda-
                                                                                                        caían alargadas, y la jira-  rán muy bien. Estate
                                                                                                        fa hasta un rincón donde  quieto y verás.
                                                                                                        había sombras como pe-     El etíope usó sus cin-
                                                                                                        queños manchurrones.    co dedos para apretar-
                                                                                                           –Observa bien -dijo la  los en la piel marrón tie-
                                                                                                        cebra. Se acercó a aquel  rra amarillenta del leo-
                                                                                                        lugar de sombras y…     pardo y fueron quedan-
                                                                                                           –¡Tachán! ¿Dónde     do puntitos muy juntos;
                                                                                                        está el desayuno?       le quedó una piel muy
                                                                                                           Lo mismo hizo la jira-  bonita. Y así fue cómo le
                                                                                                        fa. Ni el leopardo ni el  salieron sus manchas.
                                                                                                        etíope podían verlas.      –¡Menuda belleza, leo-
                                                                                                           –¡Vaya! ¡Esto sí que  pardo! -le dijo el etíope
           Al principio del todo,  durante días hasta llegar  guiñó un ojo. ¡Claro que  al oscurecer, el leopar-  es bueno, amigo leopar-  todo satisfecho- Ahora
        cuando el mundo esta-   a un bosque repleto de  lo sabía!               do oyó algo a su lado   do! Aprende, porque en  podrás tumbarte en cual-
        ba comenzando, el leo-  árboles y arbustos de di-  –La caza ha cambia-  que sonaba como una     este lugar eres como una  quier lugar de este bos-
        pardo vivía en un lugar  ferente tamaño que pro-  do. Mi consejo es que os  cebra y olía como una  barra de jabón en medio  que y nadie te verá. Las
        muy caluroso llamado    yectaban sombras largas  mudéis cuanto antes.   cebra. Y aunque no po-  de una pila de carbón…  sombras se confundirán
        Meseta Alta, con su tie-  y chiquitas por todas par-  Tú, etíope, debes mu-  día ver qué animal era,  –Lo mismo digo, ami-  con tus puntos oscuros.
        rra, sus rocas color tie-  tes. Y allí se escondieron.  darte por entero y tú,  se lanzó sobre él. Resul-  go etíope… tú brillas  Y ambos se fueron de
        rra y un poco de hierba  Pasaban la mitad del día  leopardo, de puntos -  ta que también coceaba  como una cataplasma de  caza y vivieron allí muy
        amarilla. Y todos los ani-  al sol y la otra mitad entre  respondió entonces el  como una cebra, pero  mostaza en un saco de  felices. Y si te preguntas si
        males eran de un ma-    sombras.                mandril.                decidió sentarse sobre  carbón…                 aún el leopardo y el hom-
        rrón tierra algo amari-    Y de tanta sombra en    Así fue como aban-   aquel animal que no po-    Entonces el etíope   bre pueden mudar de
        llento: la jirafa, el ñu, la  que pasaron, a la jirafa  donaron la Meseta Alta  día ver y esperar a que  siguió el consejo de Ba-  piel… claro que pueden,
        cebra… y el leopardo.   le salieron pequeñas    y al cabo de una buena  amaneciera.             viaan y cambió su piel  pero no lo hacen porque
           Parecía un gatito    manchas, a la cebra, ra-  caminata llegaron a un   –Hay algo en ti que  por un color más oscu-  todos están muy conten-
        grande marrón tierra    yas, y el ñu se volvió  bosque repleto de árbo-  no entiendo… prefiero  ro, negruzco parduzco,  tos tal y como son.
        algo amarillento que    mucho más oscuro. Así,  les y matorrales de dife-  esperar al día para verte
        combinaba a la perfec-  el resto de los animales  rentes tamaños que pro-  mejor -anunció el leo-
        ción con el marrón tierra  podía olerlos pero ape-  yectaban sombras y lu-  pardo.
        algo amarillento de la  nas los podían ver, y ellos  ces entrecruzadas.    En ese momento, el
        Meseta Alta. Y esto era  se sentían mucho más      –¿Qué es esto? -pre-  etíope gritó:
        muy malo para la jirafa,  seguros.              guntó extrañado el leo-    –¡Tengo algo que es
        la cebra o el ñu, porque   ¿Y qué hacían mien-  pardo.                  como una jirafa! Huele
        el leopardo se tumbaba  tras tanto el leopardo y   –No lo sé… igual es  como una jirafa y suena
        hecho un ovillo con su  el etíope en la Meseta  donde está la fauna abo-  como una jirafa… pero
        cuerpo marrón tierra    Alta? Pues buscaban y   rigen… El caso es que   no veo si es o no una
        algo amarillento sobre  buscaban su desayuno,   puedo oler a la cebra   jirafa.
        una roca marrón tierra  merienda y cena, sin en-  pero no puedo verla.     –Haz como yo, etío-
        algo amarillenta y cuan-  contrar ni una jirafa, ni  –A mí me pasa lo mis-  pe. Siéntate sobre ese
        do pasaba cerca una ce-  una cebra ni un ñu. Y se  mo -añadió el etíope-.  animal y espera al día
        bra, una jirafa o un ñu, el  preguntaban dónde es-  Huelo a la jirafa y puedo  para verlo mejor.
        leopardo los sorprendía  tarían.                oírla, pero… ¿dónde        Y así hicieron. Con los
        y acababa con sus salta-   Desesperados, co-    está? Todo esto está    primeros rayos del sol,
        rinas vidas. Oh, vaya,  menzaron a comer esca-  muy oscuro y a la vez   el leopardo preguntó:
        ¡claro que lo hacía! ¡El  rabajos y ratas, pero se  llenito de luz…        –Hermano etíope…
        leopardo tenía hambre   quedaban con mucha         –Quizás nos olvida-  ¿qué tienes en la mesa?
        y era muy buen cazador!  hambre, así que decidie-  mos de cómo son -dijo el  –Pues, debería ser
           Había además en la   ron visitar al más sabio  leopardo.             marrón tierra algo ama-
        zona un etíope (también  del lugar, el mandril con  –¡Qué va! Yo tengo  rillenta como una jirafa
        de color marrón tierra  cabeza de perro Baviaan.  muy buena memoria.    pero está cubierta de
        algo amarillento), que     El leopardo le pre-  Recuerdo perfectamen-   manchas pardas… ¿Y tú,
        cazaba con su arco y sus  guntó: –¿A dónde fue  te a la jirafa con sus seis  hermano leopardo?
        flechas. Y ambos, leopar-  nuestra caza?        metros de altura, su co-   –A mí me pasa lo mis-
        do y etíope, a veces ca-   Baviaan le guiñó un  lor marrón tierra algo  mo… juraría que es una
        zaban juntos: el etíope  ojo. ¡Claro que lo sabía!  amarillenta y sus pezu-  cebra, pero en lugar de
        con sus flechas y el leo-  El etíope preguntó lo  ñas anchas y doradas…  ser marrón tierra algo
        pardo con sus garras y  mismo, pero con sus fra-   –Entonces en este    amarillenta tiene rayas
        sus dientes.            ses largas, que para eso  lugar de sombras serán  oscuras en todo el cuer-
           Y llegó el día en que  era un humano y adulto:  como plátanos resplan-  po…
        jirafas, cebras y ñus, can-  –¿Sabría usted decir-  decientes -exclamó el  –Dime, cebra -pregun-
        sadas de tener que evi-  nos a dónde fue la fauna  leopardo.            tó el leopardo-. ¿Cómo es
        tar al leopardo y el etío-  autóctona de esta zona  Cansados y algo frus-  que antes en la Meseta
        pe, decidieron huir de la  de Meseta Alta?      trados, decidieron espe-  Alta te veía a  diez kiló-
        Meseta Alta. Caminaron     Y Baviaan también le  rar a la noche. Entonces,  metros y ahora con la
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