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El libro preferido de papá


         VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  INFANTIL  MODERNO DE BOSQUE DE FANTASÍAS















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                                                                                                               a quien no sabe aprovecharlo.
                                                                                                                          Jovellanos






                                                                                                             Tal y como tú te amas a ti mismo
                                                                                                                 los demás te amarán a ti.

                                                                                                                     Proverbio irlandés






                                                                                                              El favor no consiste en la acción,
                                                                                                             sino en el ánimo con que se hace.
                                                                                                                           Anónimo
           El pequeño Gabriel   Gabriel, quedaba pro-   contigo el país de las fan-  sías.
        era uno de esos niños a  fundamente dormido.    tasías.                    —¡Es increíble! —gri-
        los que no les gustaba  Esto hizo que el peque-    Gabriel no daba crédi-  tó Gabriel, sin poder creer
        quedarse en casa. Siem-  ño se interesase un poco  to a aquellas palabras:  todo lo que veía.
        pre quería estar afuera,  más, y se sentó a escu-  —¿Y cómo es posible?    Pero cuando volvió a      Cumplamos la tarea de vivir de tal
        al aire libre, jugando con  char el relato.        —Pues porque los li-  abrir los ojos se encontró
        sus amigos al fútbol, co-  «Todos los países tie-  bros son mágicos, hijo, y  de nuevo frente a su pa-  modo que cuando muramos,
        rriendo entre los árboles  nen particularidades; al-  nos permiten hacer cosas  dre en casa, ya mayor,
        o simplemente contem-   gunos son montañosos y  que nunca haríamos en el  que le preguntaba:         incluso el de la funeraria lo sienta.
        plando todo aquello que  otros son desérticos, en  mundo real. Pero no pre-  —¿Y bien? ¿Qué te ha                 Mark Twain
        lo rodeara, pues era    algunos hace mucho ca-  guntes más y disfruta del  parecido?
        muy observador. Pero    lor y en otros hace mu-  viaje, la abuela y yo esta-  —No sabía que las his-
        los padres de Gabriel,  cho frío, algunos son is-  mos muy felices de acom-  torias de los libros podían
        que adoraban la lectura,  las donde la vegetación  pañarte, ella está un poco  ser tan emocionantes.
        deseaban que el peque-  es hermosa y el mar re-  mas allá, la puedes salu-  —¡Claro que lo son!
        ño compartiera su afi-  suena permanentemen-    dar si quieres.         Todo lo que tienes que
        ción con ellos.         te, otros están siempre    A lomos del dragón,  hacer es cerrar los ojos y
           —¡No me gusta que    cubiertos de hielo.  Pero  sobrevolaron una gran  dejarte llevar. Así podrás
        me    lean!   —decía    ninguno como el país de  cascada de la cual caía  viajar a los mundos más
        Gabriel—, prefiero jugar  las fantasías, donde la  agua de distintos colores  extraordinarios, en los
        un ratito afuera.       magia está incluso en las  sobre el arcoíris. También  que las aventuras nunca
           Sus padres habían    cosas más pequeñas,     volaron por una verde   tengan fin.
        probado con todos los li-  como los árboles o las  pradera, en el cielo había  De este modo, y aun-  A  I  O  G   I   D   N   E   M   A   C
        bros de su biblioteca, que  hormigas…».         partes en las que era de  que Gabriel seguía siendo
        estaba bastante nutrida,   Al escuchar la histo-  noche y otras en las que  un niño que disfrutaba  Y  H  A   L   E   I   R   B   A   G   A
        pero ninguno le había   ria sobre un país lleno de  era de día. Estrellas  mucho jugando al aire li-  A  S  O  L  D   A   I   G   A   M   S
        gustado al pequeño. Sin  magia y seres como los  enormes viajaban por el  bre, aprendió a querer  C   U   I   D   E   S   A   L   S    I  S
        embargo, un día, el papá  dragones y los hechiceros,  cielo junto a ellos, cantan-  más a los libros, pues
        de Gabriel encontró un  Gabriel se emocionó mu-  do e iluminando todo al-  siempre quería volver a  O  N  A   R   R   U   A   E   L   A   T
        libro que su padre le leía  cho. Entonces, un viento  rededor. Incluso, se en-  viajar como aquella pri-  S  O  N  D  I  A  B  U  D   A   I
        cuando era pequeño.     suave sopló la habitación  contraron con otros dra-  mera vez a lomos de un
           —¡El país de las fan-  en la que el niño se encon-  gones que llevaban en sus  dragón por un cielo má-  E  A  L  A  L  O  G  A  N  C   S
        tasías! —exclamó sor-   traba con sus padres, lle-  lomos a otros niños, otros  gico, viviendo grandes  D  S  I  E  R  A  C   O   O   E   P
        prendido—, mi padre me  vándolo lejos…          pequeños como Juan y    hazañas.                  A   R   O   S   I   S   P   R   N   T   O
        leía esta historia cuando  Y allí estaba, a lomos  Eduardo que viajaban jun-  Sin duda, el libro de
        yo era pequeño. Este li-  de un gran dragón con una  to a sus padres disfrutan-  papá, ¡era también su  C  F  S  L  A  H  O   S   A   O   D
        bro me hizo un gran lec-  espalda suave como la  do del país de las fanta-  preferido!                            I  D  I  C  L  T  L  E  E  I  I
        tor y estoy seguro de que  seda, y a sus lados estaban                                            N   R   N   C   A   I   N   U   N   L   C
        a ti también te encanta-  los dos mejores amigos,
        rá.                     Juan y Eduardo  volando                                                   A   D   A   L   I   C   S   A   A   B   E
           Gabriel no estaba    por el cielo y junto a ese                                                S   A   E   E   N   O   M   L   F    I  R
        muy convencido, pero    grupo un niño muy pareci-                                                 R   R   O   L   A   Z   N   O   G   B   E
        entonces su papá le con-  do a él.
        tó que aquella era una     —¿Y tú quien eres? —                                                   E   H   O   T   N   E   I   V   O   B   F
        historia que le leían   preguntó Gabriel.
        cuando él era más pe-      —¿Yo? Soy Gonzalo tu        Camarón que se duerme
        queño y que todos los   padre, cuando era peque-
        días su papá, o sea el  ño como tú, mi madre me          se lo lleva la corriente.
        abuelo de Gabriel, se   contó que tendría un hijo
        sentaba junto a la cama  que no mostaría interés      Al mal tiempo buena cara.
        y leía una parte del libro  en la lectura y quise com-
        hasta que Gonzalo, así  probar si era cierto. Por        ¿Sos hijo del vidriero?
        se llamaba el padre de  eso he venido a recorrer
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