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Los zapatos de la reina Maribel
VERSIÓN LIBRE DE CUENTO MODERNO DE EVA MARÍA RODRÍGUEZ
los ojos. loni se convirtió en un
Han salvado nues- héroe venerado en
tro reino y demostra- todo el reino.
do un valor y una leal- Juntos habían mos-
tad inigualables. trado que la valentía y
Ese día Rina fue la honestidad pueden
nombrada la guardia- superar incluso las
na oficial de los zapa- maldiciones más oscu-
tos saltarines y Tortto- ras.-
Solo hay dos errores
que se cometen en el camino
a la verdad: no empezar
y no llegar hasta el final.
Anónimo
El futuro influye el presente
tanto como el pasado.
Había una vez, en Rina, la rata rastreado- robaste para salvarnos descubierto la verdad Friedrich Nietzsche
un reino lejano, una ra, escondida entre a todos? —preguntó sobre los zapatos.
reina llamada Maribel, las raíces de un gran Torttoloni, con voz No fue un robo co-
famosa por sus mági- roble. suave pero firme. mún. Rina los tomó
cos zapatos saltarines. —Rina, sé que tie- Rina asintió con de- para proteger el reino
Cada mañana los al- nes los zapatos de la terminación. de una antigua maldi-
deanos se reunían Reina —la enfrentó —Sí, y lo haría de ción —informó Tortto- Pensamientos tontos tenemos
para verla saltar sobre Torttoloni, observán- nuevo. Aunque nadie loni mientras Rina pre-
las nubes, llenando de dola con ojos perspi- me creyera, tenía que sentaba los zapatos todos, pero el sabio se los calla.
alegría sus corazones. caces. — ¿Por qué los intentarlo. Por el bien con reverencia. Wilhelm Bush
Pero un día, los zapa- has tomado? del reino. La Reina, sorpren-
tos desaparecieron, y Rina, con sus pe- Torttoloni, com- dida, se calzó los zapa-
con ellos, la alegría del queños ojos brillan- prendiendo la grave- tos saltarines. Justo en
reino. tes, miró al detective dad de la situación, se ese momento, un es-
El rey Justiniano, y suspiró profunda- unió a Rina en su mi- truendo sacudió el
preocupado, llamó al mente antes de ha- sión. castillo, como si una
detective más famoso blar. Juntos se prepara- fuerza invisible estu-
del reino, el detective —Es cierto, los ron para devolver los viera tratando de de-
Torttoloni, un tortugo tomé —confesó con zapatos a la reina Ma- rribarlo.
sabio y astuto con un una voz temblorosa. ribel y enfrentar la —¡Ahora, Majes-
pasado lleno de aven- Pero no lo hice por co- misteriosa maldición. tad, debe saltar! —ex-
turas y misterios re- dicia. Hay una maldi- Este momento en el clamó Rina.
sueltos. Torttoloni, ción que amenaza bosque marcó un pun- La Reina comenzó a H E T N A L L I R B C
con su lupa en mano, nuestro reino, una to importante en la saltar cada vez más
comenzó a investigar maldición olvidada historia, en la que la alto. Con cada salto, O A I T N E L A V M A
siguiendo un rastro de por muchos. valentía y la sinceridad una luz brillante ema- N S L S O T A P A Z S
huellas diminutas que Torttoloni se acer- de Rina se unieron a la naba de los zapatos,
lo llevó al mercado del có, intrigado. sabiduría y determina- iluminando el castillo E N N E E N E L A V D
reino. —¿Una maldición? ción de Torttoloni, y disipando las som- E L O O B U D E L A T
En el mercado to- ¿Cómo pueden los za- creando una alianza bras. Los consejeros y V E B I I I B U D A I
dos hablaban de una patos de la Reina ayu- inesperada pero pode- sirvientes miraban
rata rastreadora lla- dar? rosa en la lucha contra asombrados, mientras I A N O C O R I N S H
mada Rina, conocida —Es una historia la oscuridad que ace- los saltos de la Reina T N I I R O R A E E O
por su habilidad para antigua —respondió chaba al reino. parecían desafiar la C R O I G E L N M R N
encontrar objetos per- Rina. Con los zapatos en gravedad.
didos... y a veces, ro- Hace mucho tiempo su poder, Torttoloni y Finalmente, con un E N N L C M I P E O E
barlos. Torttoloni si- un hechicero malvado, Rina se dirigieron rápi- salto más poderoso T A I N O R A C X I S
guió las pistas hasta el Juan el Oscuro, maldi- damente hacia el cas- que los anteriores, la E R I C A T I S X E T
bosque encantado. jo el reino. Dijo que tillo. A medida que Reina tocó el techo del
El bosque era un solo los saltos mágicos avanzaban, el cielo salón, y en ese instan- D S A T I H T A A E I
lugar de misterio don- de los zapatos de la empezaba a oscurecer- te una explosión de O A L E C O M R F I D
de los árboles altos y Reina podrían romper- se y un viento frío so- luz inundó cada rincón
antiguos susurraban la. Y ese tiempo... ese plaba, como si la mal- del reino. La maldición T A O E E U Q S O B A
secretos con cada mo- tiempo ha llegado. dición ya estuviera co- se rompió, desvane- S H H T N E I V O T D
vimiento de sus hojas. El detective, cono- menzando a actuar. ciéndose como un mal
Las sombras jugaban cido por su lógica y ra- Al llegar, la reina sueño, y la paz y la ale-
entre las ramas crean- zón, dudaba de tales Maribel los recibió en gría volvieron a reinar.
do figuras que pare- historias. Pero miran- el gran salón rodeada La reina Maribel,
cían cobrar vida. do a los ojos sinceros de sus consejeros pre- agradecida, abrazó a
En ese lugar, lleno de Rina, entendió que ocupados. Torttoloni, Rina y a Torttoloni.
de enigmas y leyen- había algo más en sus con respeto, le expli- —Gracias a ambos
das, el detective Tor- palabras. có la situación. —expresó con lágri-
ttoloni encontró a —Entonces, ¿los —Majestad, hemos mas de felicidad en