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Juan sin miedo
VERSIÓN LIBRE DE CUENTO DE LOS HERMANOS GRIMM
su preciosa hija. mía, derramó una jarra
Esmeralda, cuando de agua helada sobre
lo vio, alabó su valen- su cabeza. Juan pegó un
tía y aceptó casarse alarido y se llevó un
con él. Juan se sintió enorme susto.
feliz, aunque en el – ¡Por fin conoces el
fondo, estaba un poco miedo, querido! – dijo
decepcionado. ella riendo a carcajadas.
– Majestad, le agra- – Sí – respondió to-
dezco la oportunidad davía temblando el po-
que me ha dado y sé bre Juan-. ¡Me he asus-
que seré muy feliz con tado de verdad! ¡Al fin
su hija, pero no he con- he sentido el miedo! ¡Ja
seguido sentir ni pizca ja ja! Pero no digas nada
de miedo. a nadie…. ¡Será nuestro
Una semana des- secreto!
pués, Juan y Esmeralda La princesa Esmeral-
se casaron. da cumplió y jamás lo
La princesa sabía que contó, así que el vale-
su marido seguía con el roso muchacho siguió
anhelo de llegar a sen- siendo conocido en
tir miedo, así que una todo el reino como Juan
mañana, mientras dor- sin miedo.-
Érase una vez un “Se hace saber que tasma! Cuando amaneció,
hombre que tenía dos al valiente caballero – ¡Buhhhh, buhhhh! el rey pasó por allí de El favor no consiste
hijos totalmente dis- que sea capaz de pasar – escuchó Juan sobre nuevo para ver si todo en la acción sino en el ánimo
tintos. tres días y tres noches su cabeza -. ¡Buhhhh! estaba en orden. Se con que se hace.
Pedro, el mayor, en el castillo encanta- – ¿Cómo te atreves encontró a Juan sin
era un chico listo y do se le concederá la a despertarme?- le gri- miedo tomando un Anónimo
responsable, pero mano de mi hija, la tó enfrentándose a él. cuenco de leche y un
muy miedoso. En princesa Esmeralda” Tomó unas tijeras y co- pedazo de pan duro
cambio su hermano Juan sin miedo pen- menzó a rasgar la sába- relajadamente frente
pequeño, Juan, jamás só que era una oportu- na del espectro, que a la ventana. El valor es resistencia
tenía miedo a nada, así nidad ideal para él. Sin huyó por el interior de – Eres un joven va-
que en la comarca to- pensarlo dos veces se la chimenea hasta des- liente y decidido. Hoy al miedo, el dominio del miedo,
dos lo llamaban Juan fue al palacio real y pi- aparecer en la oscuri- será la tercera noche. no ausencia del miedo.
sin miedo. A Juan no dió ser recibido por el dad de la noche. Ya veremos si eres ca-
le daban miedo las mismísimo rey en per- Al día siguiente, el paz de aguantarla. Mark Twain
tormentas, ni los rui- sona. Cuando estuvo rey pasó por el castillo – Descuide, majes-
dos extraños, ni escu- frente a él, le dijo: para comprobar que tad. ¡Ya sabe usted que
char cuentos de mons- – Señor, si a usted Juan sin miedo estaba yo no le temo a nada!
truos en la cama. El le parece bien, yo es- bien. Para su sorpresa, Tras otro día en el
miedo no existía para toy decidido a pasar había superado la pri- castillo bastante aburri-
él. A medida que iba tres días en ese casti- mera noche encerrado do para Juan sin miedo,
creciendo, cada vez llo. No le tengo miedo y estaba decidido a llegó la noche. Hizo
tenía más curiosidad a nada. quedarse y afrontar el como de costumbre una
sobre qué era sentir – Sin duda eres va- segundo día. Tras unas hoguera para calentar-
miedo porque él nun- liente, jovenzuelo. horas recorriendo el se y se tumbó a descan-
ca había tenido esa Pero te advierto que castillo, llegó la oscu- sar.
sensación. muchos lo han inten- ridad y por fin, la hora No había pasado de- A I P S E O H S C B C
Un día le dijo a su tado y hasta ahora nin- de dormir. masiado tiempo cuan-
familia que se iba una guno lo ha conseguido Como el día ante- do una ráfaga de aire Y H E O R U C S O C D
temporada para ver si – exclamó el monarca. rior, Juan sin miedo caliente le despertó. A O O L L I T S A C S
conseguía descubrir lo – ¡Yo pasaré la prue- encendió una hoguera Abrió los ojos y frente a A A O D E I M O S A S
que era el miedo. Sus ba! – afirmó el joven para estar calentito y él vio un temible dra-
padres intentaron im- sonriendo. en unos segundos co- gón que lanzaba llama- O N L N O R R N A A L
pedírselo pero fue im- Juan sin miedo, es- menzó a roncar. radas por su enorme E O S I A I E I R F I
posible. Juan era muy coltado por los solda- De repente, un ex- boca. Juan sin miedo se R G A U H U D E U R S
"cabezota" y estaba dos del rey, se dirigió traño silbido como de levantó y le lanzó una
decidido a lanzarse a la al tenebroso castillo lechuza lo despertó. silla a la cabeza. El dra- A A N D A C J R T O P
aventura. que estaba en lo alto Abrió los ojos y vio gón aulló de forma las- P R D E A I O E N N Ñ
Metió algunos ali- de una montaña escar- una bruja vieja y fea timera y salió corriendo A D E L T P C M E T O
mentos y algo de ropa pada. Hacía años que que daba vueltas y por donde había veni-
en una mochila y echó nadie lo habitaba y su vueltas a toda veloci- do. R D A G A N R I V A T
a andar. Durante días aspecto era realmente dad subida a una esco- – ¡Qué pesadas es- T R N S I R E A A R O
recorrió diferentes lu- lúgubre. ba. Lejos de acobar- tas criaturas de la no- A D A L E H E I C D C
gares, comió lo que Cuando entró, todo darse, Juan sin miedo che! – pensó Juan sin
pudo y durmió a la in- estaba sucio y oscuro. se enfrentó a ella. miedo-. No me dejan J C C O N R O M L S B
temperie, pero no Pasó a una de las habi- – ¿Qué pretendes, dormir en paz, con lo R A R E U G O H S A E
hubo nada que le pro- taciones y con unos ta- bruja? ¿Acaso quieres cansado que estoy. G H A C O R D E P E V
dujera miedo. blones que había por echarme de aquí? Pasados los tres días
Una mañana llegó a allí encendió una ho- ¡Pues no lo consegui- con sus tres noches, el
la capital del reino y guera para calentarse. rás! – bramó. Dio un rey fue a comprobar
vagó por sus calles Enseguida, se quedó salto, agarró el palo de que Juan seguía sano y
hasta llegar a la plaza dormido. la escoba y empezó a salvo en el castillo.
principal, donde col- Al cabo de un rato, sacudirlo con tanta Cuando lo vio tan
gaba un enorme cartel lo despertó el sonido fuerza que la bruja sa- tranquilo y sin un solo
firmado por el rey que de unas cadenas. ¡En lió disparada por la rasguño, lo invitó a su
decía: el castillo había un fan- ventana. palacio y le presentó a