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Lo más increíble


        VERSIÓN LIBRE  DE  CUENTO  CLÁSICO DE HANS CHRISTIAN  ANDERSEN



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                                                                                                        «¡bum! ¡bum!», entró el  recía que no iba a que-
                                                                                                        reloj y, avanzando por la  dar sitio para las perso-
                                                                                                        nave central, fue a si-  nas de carne y hueso.
                                                                                                        tuarse entre los novios.   Y cuando a las 12 se
                                                                                                        Los muertos no pueden   presentó el vigilante con
                                                                                                        volver, esto ya lo sabe-  la capucha y la estrella
                                                                                                        mos, pero una obra de   matutina, se produjo un
                                                                                                        arte sí puede; el cuerpo  movimiento extraordi-
                                                                                                        estaba hecho pedazos,   nario.
                                                                                                        pero no el espíritu; el es-  El vigilante, dirigién-
                                                                                                        pectro del Arte se apa-  dose al novio, le dio un
                                                                                                        reció, dejando ya de ser  golpe en la frente con la
                                                                                                        un espectro.            estrella.
                                                                                                           La obra de arte esta-   -¡Muere! -le dijo-.
                                                                                                        ba entera, como el día  ¡Medida por medida! ¡Es-
                                                                                                        que la presentaron, in-  tamos vengados y el
                                                                                                        tacta y nueva. Sonaron  maestro también!
                                                                                                        las campanadas, una        ¡Adiós!
                                                                                                        tras otra, hasta las 12, y  Y desapareció la obra
                                                                                                        salieron las figuras.   de arte; pero las luces de
                                                                                                           Primero Moisés,      la iglesia la transforma-
                                                                                                        cuya frente despedía    ron en grandes flores lu-
                                                                                                        llamas.                 minosas, y las doradas
                                                                                                           Arrojó las pesadas   estrellas del techo en-
                                                                                                        tablas de la ley a los pies  viaron largos y refulgen-
                                                                                                        del novio, que quedaron  tes rayos, mientras el
                                                                                                        clavados en el suelo.   órgano tocaba solo.
           Quien fuese capaz de  se encontraron Adán y  ellas trabajaba en Astro-  suerte, pues había rea-  -¡No puedo levantar-   Todos los presentes
        hacer lo más increíble,  Eva, felices a pesar de no  nomía; otra, en el archi-  lizado lo más increíble.  las! -dijo Moisés-. Me  dijeron que aquello era
        se casaría con la hija del  disponer de armario ro-  vo histórico; las restan-  -¡No, esto lo haré yo!  cortaste los brazos. Qué-  lo más increíble que ha-
        Rey y se convertiría en  pero que por otra parte,  tes se dedicaban al tea-  -gritó en el mismo mo-  date donde estás.  bían visto en su vida.
        dueño de la mitad del   no necesitaban.         tro.                    mento un patán largui-     Vinieron después        -Llamemos ahora al
        reino.                     Cuando sonaron las 3    A las 10 salió nueva-  rucho y huesudo-. Yo soy  Adán y Eva, los Reyes  vencedor -dijo la prince-
           Los jóvenes -y tam-  salieron los tres Reyes  mente Moisés con las   el hombre capaz de lo   Magos de Oriente y las  sa-. El autor de la mara-
        bién los viejos- pusieron  Magos, uno de ellos ne-  tablas; contenían los  más increíble.       cuatro estaciones, y to-  villa será mi esposo y se-
        a contribución toda su  gro como el carbón;     mandamientos de Dios y     Y blandió un hacha   dos le dijeron verdades  ñor.
        inteligencia, sus nervios  ¡qué remedio! El sol lo  eran diez.          contra la obra de arte.  desagradables: «¡Aver-    Y el joven se presen-
        y sus músculos. Dos se  había ennegrecido. Lle-    Volvieron a sonar       ¡Cric, crac!, en un  güénzate!».             tó en la iglesia, con el
        hartaron hasta reven-   vaban incienso y objetos  campanadas y salieron,  instante todo quedó des-  Pero él no se avergon-  pueblo entero por séqui-
        tar, y uno se mató a fuer-  preciosos.          saltando y brincando,   hecho; ruedas y resortes  zó.                   to, entre las aclamacio-
        za de beber.               A las 4 se presenta-  unos niños y niñas que  rodaron por el suelo. La  Todas las figuras que  nes y la alegría general.
           Lo hicieron para rea-  ron las estaciones: la Pri-  jugaban y cantaban:  maravilla estaba des-  habían aparecido a las  Nadie sintió envidia.
        lizar lo que a su enten-  mavera, con el cuclillo  «¡Ahora, niños, a escu-  truida.             diferentes horas salieron  ¡Y esto fue precisamen-
        der era más increíble,  posado en una tierna    char; las 11 acaban de     -¡Ésta es mi obra! -  del reloj y adquirieron  te lo más increíble!
        sólo que no era aquél el  rama de haya; el Vera-  dar!».                desafió-. Mi acción ha
        modo de ganar el pre-   no, con un saltamontes     Y al dar las 12 salió el  superado a la suya; he
        mio.                    sobre una espiga madu-  vigilante con su capucha  hecho lo más increíble.
           Los pibes bandidos   ra; el Otoño, con un nido  y con la estrella matuti-  -¡Destruir semejante
        callejeros se dedicaron a  de cigüeñas abandonado  na, cantando su vieja to-  obra de arte! -exclama-
        escupirse sobre la propia  pues el ave se había mar-  nadilla:          ron los jueces-. Efectiva-
        espalda, lo cual conside-  chado ya, y el Invierno,  ¡Era medianoche,   mente, es lo más increí-
        raban el colmo de lo in-  con una vieja corneja  cuando nació el Salva-  ble.
        creíble.                que sabía contar histo-  dor!                      Todo el pueblo estu-
           Se señaló un día para  rias y antiguos recuerdos  Y mientras cantaba  vo de acuerdo, por lo que
        que cada cual demostra-  junto al fuego.        brotaron rosas que lue-  le asignaron la princesa
        se lo que era capaz de     Dieron las 5 y compa-  go resultaron cabezas de  y la mitad del reino, pues  S  E  T  N  O  M  A   T   L   A   S
        hacer y que, a su juicio,  recieron los cinco senti-  angelitos con alas que  la ley es la ley, incluso
        fuera lo más increíble. Se  dos: la Vista, en figura de  tenían todos los colores  cuando se trata de lo  H  A  L  L  I  V  A  R  A   M   E
        designaron como jueces,  óptico; el Oído, en la de  del iris.           más increíble y absurdo.  A   V   E   N   G   A   D   O   S   S   V
        desde niños de 3 años   calderero; el Olfato ven-  Resultó un espectá-     Desde lo alto de las
        hasta cincuentones ma-  día violetas y aspérulas;  culo tan hermoso para  murallas y las torres de  S  B  T   O   G   S   C   I   P   I   T
        duros.                  el Gusto estaba repre-  los ojos como para los  la ciudad proclamaron     E   C   N   T   S   O   E   E   V   R   O
           Hubo un verdadero    sentado por un cocinero,  oídos.                los trompeteros:
        desfile de cosas increí-  y el Tacto por un sepul-  Aquel reloj era una    -¡Va a celebrarse la   R   S   A   E   C   I   C   L   O   S   T
        bles, pero el mundo es-  turero con un crespón  obra de arte incompara-  boda!                    O   A   L   O   G   T   A   M   I   S   N
        tuvo pronto de acuerdo  fúnebre que le llegaba a  ble, lo más increíble que  La princesa no iba
        en que lo más increíble  los talones.           pudiera imaginarse, de-  muy contenta, pero es-   D   L   I   I   R   A   P   R   T   V   E
        era un reloj, tan ingenio-  El reloj dio las 6 y  cía la gente.         taba espléndida y rica-   A   L   G   O   L   E   D   N   A   O   I
        so por dentro como por  apareció un jugador que    El autor era un joven  mente vestida. La iglesia
        fuera.                  echó los dados; al volver  de excelente corazón,  era un mar de luz; ano-  T  E   I   I   T   E   D   O   N   P   M
           A cada campanada     hacia arriba la parte su-  alegre como un niño, un  checía ya, y el efecto re-  C  C  V  E  L  G  G   L   S   E   A
        salían figuras vivas que  perior, salió el número  amigo bueno y leal, y  sultaba maravilloso.    E   N   R   P   L   A   A   N   A   C   D
        indicaban lo que el reloj  seis.                abnegado con sus humil-    Las doncellas nobles
        acababa de tocar; en to-   Vinieron luego los sie-  des padres. Se merecía  de la ciudad iban cantan-  P  O  A  J  E  N   R   O   C   C   N
        tal fueron doce escenas  te días de la semana o los  la princesa y la mitad del  do, acompañando a la  S  D  S  O  T  I   L   E   G   N   A
        con figuras movibles,   siete pecados capitales;  reino.                novia; los caballeros ha-
        cantos y discursos.     los espectadores no pu-    Llegó el día de la de-  cían lo propio con el no-  E  I  N  C  R   E   I   B   L   E   M
           -¡Esto es lo más in-  dieron ponerse de acuer-  cisión; toda la ciudad es-  vio, el cual avanzaba con  S  E  T  N  E  G  L  U  F   E   R
        creíble! -exclamó la gen-  do sobre lo que eran en  taba engalanada, la prin-  la cabeza tan alta como
        te.                     realidad; sea como fue-  cesa ocupaba el trono, al  si nada pudiese rompér-
           El reloj dio la 1 y apa-  re, tienen mucho de co-  que habían puesto crin  sela.
        reció Moisés en la mon-  mún y no es muy fácil  nuevo, sin hacerlo más     Cesó el canto y se hizo
        taña escribiendo el pri-  separarlos.           cómodo por eso.         un silencio tan profundo
        mer mandamiento en         A continuación, un      Los jueces miraban   que se habría oído caer
        las Tablas de la Ley: «Hay  coro de monjes cantó la  con pícaros ojos al su-  al suelo un alfiler.
        un solo Dios verdadero».  misa de 8.            puesto ganador, quien      Y he aquí que en me-
           Al dar las 2 se vio el  Con las 9 llegaron las  permanecía tranquilo y  dio de aquella quietud se
        paraíso terrenal, donde  nueve Musas; una de    alegre, seguro de su    abrió con gran estrépito
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