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                   Teodoro Deleón de Armas en sus 90 años:

        recuerdos de una infancia y juventud en el campo


           Este martes 7 de ene-  fuerzo y las vicisitudes, a  adentro de  bolsa!" cuen-  liendo veo que estaba pin-
        ro Teodoro Deleón de Ar-  los 13 años comenzó a  ta entre risas.        chada, me volví y agarré
        mas, vecino de Campa-   trabajar para la familia                        el caballo meta galope
        na, celebró sus 90 años.  Rostagnol.             Lecciones y travesuras  para no perderme el bai-
           Desde su hogar com-     "En lo Rostagnol an-    También recuerda     le".
        partió con nuestro sema-  daba a caballo, traía las  sus incursiones en los
        nario entrañables relatos  vacas, muy poco era el  bailes.                 Vida familiar y días
        sobre su infancia y juven-  trabajo.               “Cuando trabajaba          de jubilado
        tud, marcada por las cos-  Me hacían traer las  en lo Mendoza juntaba      A los 36 años se casó
        tumbres y el trabajo en el  vacas para ordeñar con  los 16 pesos que gana-  con Mirtha Nocetti, con
        campo.                  doña Victoria Pilón, de  ba al mes y se los lleva-  quien vivió en un estable-
           Teodoro creció en    noche las vacas se iban  ba a mamá.             cimiento rural que la fa-
        Tala de Miguelete en una  para el paso Miguelete,  Pero una vez quería ir  milia Mendoza construyó
        familia numerosa con    me hacían agarrar el ca-  a un baile y me compré un  para ellos.
        ocho hermanos.          ballo petiso para traerlas.  traje azul con corbata co-  Allí nacieron sus tres
           Asistió a las Escue-    Una mañana cuando    lorada en la tienda Rin-  hijos, quienes crecieron
        las Nº64 de El Tala y   voy a agarrar el caballo  cón.                  entre las labores del cam-
        Nº106 de Paso Rocha,    estaba muerto bajo los     Me decían que pare-  po. Con el tiempo Teodo-
        aunque su paso por las  talas; doña Victoria me  cía un capón degollado”,  ro se trasladó a una vi-
        aulas fue breve. “Fui muy  pasó por las patas.  dice al tiempo que larga  vienda del plan MEVIR en
        poquito, tres o cuatro     Me dieron una tordilla  una carcajada. "¡Iba al  Campana, donde aprove-
        años nada más”, recuer-  media loca, tenía que ve-  baile de corbata colorada  chó su jubilación para de-
        da.                     nir al arroyo a buscar  y un loco me decía que  dicarse a la quinta.
                                agua con un barril, para  parecía un capón dego-
         Aventuras de escuela   no andar llenándolo a                                 Anécdotas
          y primeros trabajos                           llado!".                  de un tiempo pasado
                                baldes me metía al arro-   "Acá al (club) Tupi-
           Teodoro guarda vi-   yo con tordilla y todo.  nambá veníamos en bici-   Teodoro cierra su re-
        vencias que retratan la    Cuando salía a reco-  cleta, o al baile de El Cua-  lato con algunas histo-
        dureza y las peculiarida-  rrer las ovejas le daba una  dro a caballo.  rias que reflejan las cos-
        des de aquellos años.   movida y se acabó la ye-   Una vuelta a fin de año  tumbres de otro tiempo.
           Recuerda cómo al     gua loca", relata.      veníamos al Tupinambá      "Todas las tardes se
        principio se rehusaba a ir  “Estuve un mes ahí  y al otro día era la fiesta  iban para Ombúes, yo me
        a la escuela.           porque mi finado herma-  de River de El Cuadro, yo  quedaba en el galpón
           Su tiempo en las au-  no Zoilo iba a entrar pero  salí para el baile en bici-  grande que todavía está,  Teodoro Deleón, desde sus 90 años, cuenta picar-
        las estuvo acompañado   como se demoraba me     cleta, cuando estaba sa-  cerquita de las casas.  días de su infancia y juventud.
        de anécdotas.           llevaron a mí.                                                                                  mos.
           "Iba a la escuela con   Después pasé a tra-                                                  Ellos volvían tarde de no-  A la tardecita, cuando
        un hermano y una her-   bajar con los Mendoza y                                                 che y yo tenía que abrirles  fui con la carretilla a lle-
        mana, al segundo día me  ahí me quedé toda la vida                                              el galpón. Una noche,   varle leña a la dueña, ¡me
        empaqué y no quería ir,  hasta que me jubilé”, co-                                              cuando regresaron, no   comí un reto de novela!
        mamá me corría alrede-  menta.                                                                  les abrí.               Yo no tuve nada que ver,
        dor del rancho para que    "Éramos 7 u 8 en el                                                     Querían entrar el auto  pero pagué el pato por la
        fuera y no quería ir. Des-  campo, en los tractores,                                            y conversaban: ¿se ha-  idea del otro".
        pués me convencieron y  había albañiles, se tra-                                                brá ido para la casa? ¿No
        me llevaron.            bajaba cantidad ahí".                                                   está?. Y yo, calladito la  También evoca los
           No me gustaba, cosa                                                                          boca. Tuvieron que dejar  días de carneadas: "De-
        de muchacho" recuerda.    La paliza y el tractor                                                el auto afuera porque no  bajo de un ombú había
           Agrega que concurría    El relato de Teodoro                                                 les abrí", cuenta entre ri-  un carneadero. Siempre
        en el horario de la maña-  está salpicado de episo-                                             sas.                    carneaba yo.
        na, de 10:00 a 15:00.   dios que hoy sorprenden,                                                   Recuerda también las    Una vez me pidieron
           "Con Perico Méndez   como las estrictas leccio-                                              travesuras con los perros:  que guardara el mondon-
        íbamos juntos, un día al  nes que impartía su pa-                                               "Tenían tres cuzcos que  guito porque querían ha-
        llegar a la escuela, cer-  dre.                                                                 andaban arriba de las si-  cer guiso.
        quita encontramos una      "La paliza más gran-                                                 llas y las bolsas. Cuando  Pero yo agarré la ca-
        liebre, le tiramos una pe-  de me la pegó mi padre,                                             me quedaba solo y no los  rretilla y se lo llevé todo a
        drada y nos pasamos     un día de noche me esca-                                                veía, les daba un garrote  los chanchos. ¡El guiso
        toda la mañana con la   pé y me fui cuando se                                                   y salían disparados. ¡Les  para los chanchos!".
        liebre; después el maes-  acostaron todos a un trac-                                            hacía cualquier cosa!".    Y no falta el recuerdo
        tro nos retó porque nos  tor que andaba cerquita                                                   La memoria de su ni-  de "la mulita Bentancour.
        veía que no íbamos a la  de la casa, me fui a andar                                             ñez y juventud también  Tenía un gallo bravo que
        clase» indica.          en el tractor.                                                          trae a personajes singu-  le tenía rabia a Nelly, la
                                                                                                                                más chica.
                                                                                                        lares.
           «Era diablo el maes-    Yo venía bien traba-                                                    "La madre del rema-     Cada vez que iba a jun-
        tro, en ese tiempo te daba  jando, cuando vengo lle-                                            tador Dawson me llama-  tar los huevos, el gallo la
        con una regla, no como  gando a la cabeza de la                                                 ba para tomar el café. Una  corría. Una vuelta Nelly
        ahora que si le pegas a  melga (del surco), un                                                  mañana andaba medio     se cansó y lo atropelló.
        un muchacho tenés un    hombre parado ahí.                                                      alunado, me llamó y no le  ¡Le arrancó la cabeza al
        lio bárbaro.               ¡Era papá que venía a                                                contesté.               gallo! Cualquier cosa
           Yo me salvé, nunca   buscarme! Me agarró con                                                    Fui a tomar el café,  hacíamos".
        me pegó, será porque fui  una rienda de freno, di-                                              pero no le hablaba. Me     Con un espíritu travie-
        muy poquito".           cen, la dobló y me pegó  Una buena calabaza naranja cosechada con las   dijo: ¿vos no sabés con-  so que no ha perdido,
           El trabajo en el cam-  una paliza.           manos de Teodoro en su quinta que evidencia su es-  testar?. Es que yo ya le  Teodoro revive aquellos
        po también dejó recuer-    ¡Para mejor era zurdo  forzado trabajo durante una larga vida de actividad  tenía rabia desde que íba-  años en los que la vida en
        dos marcados por el es-  el viejo y me daba como
                                                                                                        mos a la escuela".      el campo era sencilla,
                                                                                                           Otra de las historias  pero también intensa, con
                                                                                                        incluye al "finado Chin-  valores diferentes.
                                                                                                        gue. Una vuelta estába-    Sus historias reflejan
                                                                                                        mos arando y había una  una época que, aunque
                                                                                                        sandía en el medio de la  lejana, sigue viva en su
                                                                                                        quinta que estorbaba.   memoria.
                                                                                                           Me dice el Chingue:     Agradecemos a Teo-
                                                                                                        vamos a comerla porque  doro el tiempo que nos
                                                                                                        molesta. Y nos la comi-  dispensó.-





















                                                                                                        Ignacia tiene 95 años, es hermana de Teodoro y par-
                                                                                                        ticipó del festejo familiar. Son gente que sabe de tra-
        Una foto histórica donde Teodoro está acompañado por su esposa Mirtha                           bajo y sostiene la unidad familiar.
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