El Tribunal de Cuentas advierte un déficit real cercano al millón de dólares, una sobrevaloración de resultados y 28 observaciones sin corregir, entre ellas graves fallas de control interno y debilidades crónicas en el manejo de recursos.
La Junta Departamental dejó la Rendición de Cuentas sin votar, perpetuando incumplimientos reiterados y 24 recomendaciones ignoradas de ejercicios anteriores. Ahora la herencia recae sobre Guillermo Rodríguez, delfín del intendente saliente, que deberá resolver una rendición de cuentas varada en un limbo institucional.
En su última sesión del período legislativo el pasado lunes 30 de junio, la Junta Departamental debió abocarse al tratamiento de diez puntos en el orden del día de una convocatoria a sesión extraordinaria, pero la reunión se quedó sin quórum en el momento del tratarse el último punto del orden del día correspondiente a la rendición de cuentas de la Intendencia de Colonia por el ejercicio 2023, con el dictamen respectivo del Tribunal de Cuentas de la República.
Cada año y dentro de los seis meses de vencido el ejercicio anual, las intendencias departamentales tienen la obligación de presentar las cuentas del ejercicio anterior, y las Juntas Departamentales deben «aprobar o reprobar en todo o en parte, las cuentas que presente el Intendente, previo informe del Tribunal de Cuentas».