Luego de tres meses de incertidumbre y negociaciones, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Química (STIQ) y la empresa ISUSA llegaron a un acuerdo que si bien implica rebajas salariales, garantiza la continuidad de los 250 puestos de trabajo que se encontraban en riesgo a nivel nacional, de los cuales la mitad corresponde a las plantas de Agraciada y Nueva Palmira.
El presidente del STIQ señaló que el acuerdo, firmado con la presencia de los titulares de Trabajo y de Industria, reviste una importancia significativa en un contexto de preocupación por la producción nacional. Explicó que el principal problema que enfrenta ISUSA es que «su competencia trae productos, o sea, importa, acopia y distribuye», generando una desventaja competitiva para la producción local. Hace hincapié en la necesidad de que el sistema político aborde la competitividad.
Si bien el acuerdo logrado implica una «reducción salarial» temporal por un período de tres años, el resto de los beneficios laborales se mantiene, asegurando que los trabajadores de ISUSA «siguen perteneciendo a la química, con todos los beneficios que se han logrado».
La empresa tiene trabajadores en Nueva Palmira, Agraciada y ruta 1.