En el Mes de la Memoria, este martes se llevó a cabo en Rosario la colocación de una baldosa conmemorativa en homenaje a Rutilio Betancour Roth, uno de los 16 militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fusilados tras rendirse, el 12 de agosto de 1974, en un paraje de Catamarca (Argentina). Su cuerpo, enterrado como NN, fue identificado décadas más tarde y desde 2006 descansa en el cementerio de Rosario, su ciudad natal.
Si bien no fue un detenido desaparecido en el sentido estricto del término, su historia comparte el destino de quienes fueron ejecutados sin juicio, ocultados y negados durante años por el aparato represivo del Estado.
La actividad tuvo lugar en la esquina de Ituzaingó y Lavalleja, a pocos metros de la vivienda donde residía Betancour, como parte del programa nacional Baldosas con Memoria. Fue impulsada por el colectivo Proyecto Memoria Rosario con el apoyo de Crysol (Asociación de ex presos políticos del Uruguay) y contó con la participación de autoridades locales, vecinos y organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos.
Consultado sobre las medidas necesarias para avanzar en la consolidación de la memoria y la justicia, Ignacio Errandonea señaló la necesidad de fortalecer la educación y generar espacios de diálogo. «Todavía persisten expresiones de negacionismo. Es fundamental que desde el sistema educativo se aborde en profundidad lo ocurrido durante la dictadura. El conocimiento es clave para evitar retrocesos», sostuvo.
Según manifestaron los organizadores, la intención es continuar señalizando otros puntos de la ciudad que permitan reconstruir la memoria local y mantener vigente el reclamo de verdad, justicia y «nunca más» terrorismo de Estado.