La rendición de cuentas 2024 de la Intendencia de Colonia arroja un déficit de 147 millones de pesos y presenta inconsistencias en el cálculo del superávit acumulado. Pero más allá de las cifras, el documento expone la pérdida de herramientas de contralor de los ediles.
El informe fue aprobado sin debate, debido al reglamento modificado en la legislatura anterior, lo que limita la intervención de la oposición y reduce la transparencia del proceso. A esto se suma la intención de condicionar la convocatoria de sesiones extraordinarias, cuestionada por la bancada del Frente Amplio, que implicaría una nueva restricción a la supervisión de la minoría.
La tendencia no es nueva: la mayoría nacionalista ya había reducido sesiones ordinarias, restringido la participación en comisiones y obstaculizado pedidos de investigación. De este modo, el oficialismo consolida el control de la Junta, mientras la oposición pierde capacidad de incidir en la agenda y de ejercer un contralor efectivo.
La rendición 2024, entonces, no solo refleja desequilibrios financieros, sino también un deterioro institucional que erosiona la transparencia y el debate democrático. El desenlace dependerá de la próxima negociación de reglamento, que definirá si se recupera la voz de las minorías o si continúa la tendencia a silenciarla.