Utilizando la misma ciudad que Lacalle Pou en su campaña de triunfo, la fórmula de Álvaro Delgado y Valeria Ripoll llegaron hasta las Piedras y hablaron desde un estrado poblado con dirigentes y rodeados de un millar de simpatizantes.
La oratoria, en un marco festivo, precedido de la intervención musical de Majo y la de 13, el baile de los candidatos y los cabezudos, y acompañados por un fervoroso público militante, tuvo el protagonismo exclusivo de los candidatos.
Valeria Ripoll, en una noche especial donde culminan los esfuerzos de una primera que apuesta a que haya una segunda el último domingo de noviembre, con la cercanía de su pareja y 3 hijos, la candidata a vicepresidenta impuso su ritmo y vigor acostumbrado.
Sus objetivos, los de siempre: el Frente Amplio, sus excolegas dirigentes sindicales. Pero, reafirma su adhesión al Partido Nacional, en el que, no sin dificultades, se viene haciendo lugar con sus muestras de fidelidad, e incorpora citas de Wilson Ferreira llamando a la militancia. Como corolario, anuncia eufórica: “¡vamos a tener mayoría parlamentaria!”, para dejar la palabra al presidenciable compañero de fórmula.
Álvaro Delgado, en tono reflexivo, apelando a emociones, hablando al corazón desde el corazón, comenzó apelando a los indecisos: “comparen y decidan”, dijo. “Quién tiene el mejor equipo, quién es más creíble”.
Y sigue dirigiéndose a los que pueden definir la elección el mismo domingo, continúa: “Que el país no retroceda”, y que votar al Frente Amplio “es volver al peor pasado”. Continúa enumerando sus virtudes, que son “gestión y resultados”. Mencionó las crisis que debieron afrontar desde el gobierno, y la pandemia. Reclama ser “certeza”, “tranquilidad”, “paz”, “previsibilidad”.
Pide la “continuidad del gobierno” y llama a que el 27 se empiece a definir el futuro gobierno, apelando a que la coalición republicana sea más votada que el Frente Amplio. Y llama a tocar todas las puertas un una cita de Wilson, para redoblar los esfuerzos y dar un “empujón final”.
Agradeció a su familia por las ausencias, las de él, Y extendió ese agradecimiento a los militantes, a los que verá el 1º de marzo en la plaza Independencia, “cuando Luis me entregue la banda y me transfiera la responsabilidad histórica de que el Partido nacional dirija otra vez al Uruguay”.