A los 83 años, el 5 de agosto falleció el entrañable Dr. José Manuel Escudero Mattos, médico especializado en gastroenterología, cuya vida estuvo marcada por un profundo compromiso en defensa de la vida y una humildad que lo definió tanto en su ejercicio profesional como en su incansable militancia por los derechos humanos. Si bien fue uno de los gastroenterólogos más prominentes de la región, ninguno de sus pacientes escuchó de su boca una palabra del dolor que atravesó durante 50 años.
Su mayor legado no fue únicamente médico: su vida entera estuvo dedicada a su familia y a la búsqueda de verdad y justicia por la desaparición de su hermano Julio Escudero, secuestrado por la dictadura cívico militar. En cada Marcha del Silencio su figura se distinguía sosteniendo con dignidad el retrato de Julio. Nunca dejó de buscarlo. Nunca dejó de luchar. Desde el Frente Amplio llegaron las expresiones de acompañamiento en la pérdida a familiares y compañeros.
El edil departamental Carlos Fernández, del Partido Comunista del Uruguay, le rindió homenaje.
A continuación, compartimos sus palabras de despedida que comenzaron ofreciendo una flor roja como símbolo: “Manuel fue un revolucionario comprometido con la lucha de su pueblo y de los pueblos del mundo por su liberación.
Desde muy joven se integró al movimiento estudiantil y a los Jóvenes Comunistas (UJC), destacándose en la Asociación de Estudiantes de Medicina y en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).
Como militante de la UJC, desempeñó múltiples responsabilidades y fue protagonista del proceso de unidad que culminó con la fundación del Frente Amplio. Enfrentó el golpe de Estado participando activamente de la histórica Huelga General. Perseguido por la dictadura que desapareció a su hermano Julio — también militante del Partido Comunista y del movimiento sindical—, Manuel debió exiliarse en Cuba, como tantos uruguayos y uruguayas. Allí se ofreció como voluntario en academias militares y, en un gesto de internacionalismo ejemplar, partió como jefe de una brigada de militantes del PCU y la UJC a combatir junto al pueblo nicaragüense contra la dictadura de Somoza. Entre los integrantes de esa brigada se encontraba Héctor Meme Altesor, caído en combate el 16 de julio de 1979, apenas tres días antes del triunfo revolucionario.
Manuel permaneció en Nicaragua colaborando con la revolución sandinista y enfrentando la agresión de la ‘contra’ y del imperialismo yanqui, que provocó miles de muertes en ese país hermano. A su regreso al Uruguay retomó su militancia con la misma modestia y firmeza de siempre. Participó activamente, junto a su familia, en la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (Famidesa), sosteniendo durante décadas la lucha contra la impunidad y por verdad y justicia.
Nunca dejó de buscar a su hermano Julio. A sus hermanos Artigas y Margarita, a toda su familia, a sus compañeros y amigos, les enviamos un abrazo apretado. Y a vos, querido Manuel, a tu vida íntegra de entrega y coraje, una flor roja y nuestros puños en alto.”