Bajo el lema de su campaña «derecho al futuro», Nicolás Viera lanzó el reto de debatir sobre el futuro de nuestro departamento a los dos candidatos del Partido Nacional Guillermo Rodríguez y María de Lima.
En una convocatoria a los medios de comunicación, rodeado de su equipo formuló su desafío: «Invito públicamente al señor Guillermo Rodríguez a debatir sobre el destino del departamento de Colonia».
Continuó, «además, como no tengo ningún problema personal, también invito a la señora María de Lima a debatir sobre el futuro del departamento».
Argumentó que «la responsabilidad del sistema político es poner todas las ideas arriba de la mesa para que la ciudadanía decida.»
Analistas entienden que más allá de ser beneficioso, el debate de ideas sobre su futuro no forma parte de la cultura política del departamento. Pero además como existe una notoria diferencia ideológica entre Nicolás Viera, actualmente senador de la República, y los dos candidatos del Partido Nacional, Guillermo Rodríguez y María de Lima, se espera que continúen las evasivas y se rehúya la contraposición de ideas en un ámbito plural y de cara a toda la ciudadanía.
En Uruguay la ley contempla los debates presidenciales pero no existe una regulación similar para los comicios departamentales. Sería oportuno que este vacío se analizara a futuro, considerando la importancia que tiene para la ciudadanía poder contrastar propuestas también a nivel local.
En este contexto, la invitación del Senador a debatir con sus contrincantes oficialistas introduce una dinámica interesante. Dado que no existe obligación legal de responder a este tipo de llamados, la decisión de aceptar o rechazar el reto queda librada a la voluntad de cada postulante. Esa libertad, sin embargo, abre un abanico de suposiciones en el electorado, que seguramente valoraría la posibilidad de escuchar un intercambio respetuoso de ideas, propuestas y prioridades para el departamento.
Más allá de lo que finalmente ocurra, la sola discusión sobre la pertinencia de estos debates ya representa un paso hacia una campaña más centrada en los contenidos y en la deliberación democrática.