No hubo milagro para Peñarol en la revancha de semifinales de la Copa Libertadores de América, el miércoles por la noche venció a Botafogo 3 a 1 en un partido que por previsiones de seguridad se mudó al Estadio Centenario, diferencia insuficiente para revertir el descalabro de Río de Janeiro.
El primer tiempo se había ido con dominio absoluto de los aurinegros, que llegaron al gol mediante un brillante remate de Jaime Báez y merecieron irse con una ventaja mayor. Pero tras el cierre de la etapa el arquero Washington Aguerre fue expulsado por un pisotón sobre el arquero rival, poniendo las cosas todavía más cuesta arriba para los aurinegros que ahora tenían 45 minutos y un hombre menos para revertir cuatro goles de diferencia.
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