Son las 2 y media de la tarde y el sol parece haber olvidado que es otoño, ignorando incluso a los meteorólogos más experimentados. En los accesos a Carmelo llegando desde el sur, un hombre sonriente con los ojos cargados de ideales y conocimiento, con una tupida barba y el torso al descubierto, se sienta delante de una construcción de barro para conversar con NOTICIAS sobre un sueño que cada día se convierte en realidad a través de un arduo esfuerzo, mucha solidaridad y acción constante.
Pedro Airaldo es un albañil que, trabajando en las obras, entendió que hay muchas ausencias a la hora de resolver el derecho a la vivienda y respetar el medio ambiente. Hace 17 años conoció las casas de barro, lo que lo llevó a entender que existen otras maneras de ser amigables con el humano y el ambiente. Ya hace 24 años un arquitecto valdense había incursionado en la bioconstrucción en nuestro departamento: Bernardo Borges. En el año 2013, Airaldo fue a la Escuela de Permacultura Gaia, en Navarro, Buenos Aires. Esta escuela fue una de las primeras de permacultura en América Latina. Allí aprendió lo que es el modelaje directo en bioconstrucción y lo que significa el trabajo en permacultura, no solo con los principios de diseño sino también éticos. En ese momento, Airaldo pensó que es posible vivir y construir comunidad de otra manera, no como alternativa al sistema, pero sí para transitar la vida de una forma amable con la tierra y con nosotros mismos, eficientemente. Desde ahí, asistió a cursos muy importantes que lo llevaron a conocer de primera mano todo lo necesario para concretar esa idea.
Con el correr de los años, llegado el 2017, Airaldo se encontró haciendo casas de barro a conciencia, dando un sentido más espiritual al trabajo en la obra.
“El hecho de poder trabajar estos materiales así, de conocer y ver todas las posibilidades que te permiten, todas las funciones y la eficiencia que tiene, se convierte en un camino de realidad, porque vos te das cuenta de que no solamente te hace bien a vos; le hace bien a los demás, le hace bien al entorno y hay como una integración, hay un montón de cosas que son recontra positivas”, nos dice con mucho entusiasmo.
Durante la entrevista, Airaldo enaltece la profesión del albañil: «El desarrollo de las culturas depende de dos cosas: la ubicación relativa y el arte y el oficio que desarrollan. El albañil es el que hace casas; tiene un rol re importante y re digno en nuestra comunidad».
Entrevista en edición impresa.